Una derrota que obliga a ganar a Valencia y Betis para acabar sextos
La Real comenzó muy bien con un cambio de sistema que sorprendió a un Barcelona que encontró la fórmula de superarlo en el gol decisivo de Lamine Yamal. Los blanquiazules quedan séptimos a falta de tres partidos, los dos próximos ante rivales directos.
La Real no pudo puntuar en Montjuic y tendrá que ganar el jueves al Valencia para asegurarse la Conference League en Anoeta y el domingo al Betis para recuperar la sexta plaza que ocupa ahora el equipo verdiblanco tras su victoria con el Almería y la derrota blanquiazul ante un Barcelona que vuelve a la segunda posición.
El empate del Girona en Mendizorrotza el viernes permitía a los azulgranas volver a depender de ellos para cumplir el triste objetivo que les queda esta temporada de ser subcampeones de Liga y jugar la Supercopa y esa necesidad se impuso a la de la Real.
El equipo blanquiazul comenzó muy bien el partido a pesar de las ausencias importantes de Zubimendi, Zubeldia y los tres laterales izquierdos, pero el Barcelona fue a más en el transcurso del encuentro, se adelantó antes del descaso al aprovechar los riesgos que planteaba la forma de jugar elegida por Imanol y eso le permitió jugar con más tranquilidad en el segundo.
CON UN 5-4-1
Imanol se decantó por jugar con un 5-4-1 para cubrir sus bajas en defensa con los tres centrales disponibles del primer equipo, la vuelta de Traoré como carrilero derecho, Jon Mikel Aramburu en el izquierdo a pierna cambiada, Oyarzabal a la altura de Brais Méndez y Merino para comenzar la presión y generar superioridad en el centro, y con Becker como jugador adelantado.
Con ese planteamiento la Real consiguió ser superior en la primera media hora ante un Barcelona que presentó una variación con el once esperado al dejar en el banquillo Xavi a Araujo y jugar con Cubarsí e Iñigo Martínez como pareja de centrales. Becker buscó con su velocidad la espalda del juvenil y creó tres buenas opciones, una anulada por falta inexistente, y solo tener una pierna adelantada en campo rival en una acción en la que remató a la red le impidió marcar el 0-1.
La Real no concedió en defensa ninguna oportunidad al Barcelona hasta el remate de Raphinha al poste en el minuto 37, pero poco a poco los azulgranas encontraron la fórmula de atacar el planteamiento de Imanol, con una defensa muy adelantada que aprovechó Lewandowski para combinar con Gündogan, que habilitó a Lamine Yamal para adelantar a su equipo antes del descanso.
El Barcelona jugó más cómodo en el segundo tiempo y Raphinha obligó a Remiro a realizar un paradón para que la Real siguiera en el partido y pudiera empatar en la jugada siguiente en un remate de Brais que salió fuera por poco.
Con Aramburu y Pacheco amonestados, Imanol decidió volver al 4-3-3 habitual al sustituir a los dos y a Becker para colocar a Kubo, Oyarzabal y Barrenetxea en las tres posiciones más adelantadas y dar veinte minutos a Tierney tras superar su lesión muscular. Además recurrió al final a Zakharyan y a Odriozola por unos problemas físicos de Traoré.
Los cambios no tuvieron efecto, la Real necesitó otra paradón de Remiro a remate de Ferrán y el VAR señaló la primera de las dos manos de Odriozola en una misma jugada para permitir al Raphinha marcar de penalti el 2-0.