Los cómicos como material de guerra cultural
Escribes cómicos y, dependiendo de la edad y cultura teatral del que te lee, entiende una cosa, dos, ninguna o muchas. Es un genérico que engloba a todas las actrices y actores que forman parte de la farándula, de la profesional teatral, cinematográfica o audiovisual. Pero quienes escribimos o decimos cómicos con énfasis señalamos una manera de entender la vida, de estar en la vida, una evaluación de su sentido profesional y su importancia dentro de la sociedad en la que viven. Y no se debe considerar que el éxito o la fama intervengan en una consideración valorativa del concepto.
Paco Rabal y Asunción Balaguer fueron una legendaria pareja de artistas que, además, encarnaban de manera clara y evidente la idea de cómicos. Vivieron bien, no pasaron penurias en sus últimos años, eran queridos por los públicos y por la profesión. La militancia expresa de Paco Raval en el Partido Comunista nunca fue un impedimento para casi nada. Menos ahora, en estos tiempos donde parece que vayamos de retorno al franquismo, y en Alpedrete, la localidad madrileña donde residían, el actual ayuntamiento del PPVOX decidió quitar su nombre a una plaza y un centro cultural. Se movilizó parte del pueblo, la profesión, los medios de comunicación y hasta, ojo al dato, Ayuso, y les han obligado a rectificar. Guerra cultural.

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