Un encierro inmaculado quince años después del último drama
Como si la amparara el recuerdo a Daniel Jimeno, fallecido hace quince años a la altura de Telefónica, los Fuente Ymbro protagonizaron ayer la carrera más limpia de esta edición, con la manada agrupada y sin pegar un solo derrote. Ni siquiera hubo problemas en esa zona cada vez más crítica.
Menos de 2 minutos y 20 segundos les costó a los morlacos de Fuente Ymbro llegar de Santo Domingo a los corrales de la Plaza. El encierro de ayer fue sin duda el más limpio de este ciclo de 2024, con la manada agrupadísima y sin pegar un solo derrote. Por no haber, ni siquiera hubo excesivos apuros en el vallado derecho de Telefónica, donde unos padres sumidos en el dolor colgaron un pañuelo cargado de sentimiento una hora antes.
Y es que ayer se cumplían 15 años desde la última muerte producida en el encierro. Aquella mañana perdió la vida el joven de Alcalá de Henares (Madrid) Daniel Jimeno Romero, de 27 años, cuando un toro llamado Colorado le cogió en el cuello de modo letal sin que nadie se percatara de ello.
Nada que ver con lo ocurrido ayer, porque la primera parte de la carrera fue auténticamente impecable. Los toros corrieron como si conocieran al dedillo el recorrido. Apenas se puede citar una caída de una decena de mozos a la derecha, 50 metros después de entrar en Estafeta, sin que ello despistara a los bureles.
De ahí en adelante, lo más reseñable fue la larga carrera de un mozo habitual en encierros de la zona de Madrid, que quedó atrapado en medio de la torada y apuró la velocidad hasta encontrar salida por la parte izquierda.
El parte de la Cruz Roja apuntalaba la sensación de tranquilidad: solo cuatro corredores fueron trasladados al Hospital Universitario de Nafarroa, ninguno de ellos con heridas por asta, y tres de los cuales ya habían recibido el alta al cierre de esta edición. El cuarto continuaba en el hospital con una contusión en la pierna.
DE 520 A 575
La manada de los Fuente Ymbro destacaba por sus cornamentas, que han creado conmoción estos días entre los miles y miles de visitantes a los corrales del Gas. Estaba integrada por toros que iban de los 520 kilos de Historiador a los 575 de Cazador.
El llamado Pijotero sobresalía por su pelambrera de color castaño mientras los otros cinco eran negros. Los otros tres bureles se llamaban Jarrero, Hortelano y Manirroto.