El padre marroquí del jugador de fútbol Lamine Yamal fue agredido por cuatro individuos en el barrio de Rocafonda de Mataró. Están detenidos y se les acusa de intento de homicidio por causarle heridas graves por múltiples puñaladas de las que se recupera. Hasta aquí lo que se puede contar sin avergonzarse.

El nombre del padre es Mounir Nasraoui y ha aparecido durante el pasado campeonato de Europa del que el equipo de España en el que juega su hijo se proclamó campeón vestido con la camiseta española y participando animadamente de celebraciones en la grada. El joven jugador, junto a Nico Williams, levantó una línea de xenofobia de los ultras al considerar que un varón negro, no puede considerarse un español de verdad. No les importa el lugar de nacimiento, ni la escolarización ni los servicios prestados, el racismo opera de esta grosera manera.

Pero en el asunto del padre de Lamine Yamal concurren dos cuestiones importantes: se hizo famoso por atacar en su ciudad una carpa electoral de Vox. Fue detenido, pagó una multa, pero quedó señalado. Lo que le ha valido que, ahora, la prensa ultra española le señale como violento y provocador de una bronca previa al apuñalamiento con ciudadanos del barrio que le recriminan que su hijo podía haber elegido jugar con Marruecos y lo hizo por España por dinero. Un grave conflicto.

La madre de Yamine se llama Sheila Ebana y es ecuatoguineana. Cuando su hijo mayor se proclamó campeón apareció en el césped con su hermano pequeño, hijo de Sheila y su actual pareja. Bella imagen. La vida sigue.