Reclaman «un cambio radical» y poner fin a la patologización trans en Osakidetza
El sindicato ESK, junto a los colectivos Lumagorri HAT, Anitzak y Loratuz Lotu, compareció ayer para rechazar que los responsables de la primera acogida a las personas que solicitan su asistencia en la Unidad de Identidad de Género sean profesionales de psiquiatría. «No ayuda a despatologizar», sentenciaron.

Lumagorri HAT, Anitzak y Loratuz Lotu y el sindicato ESK exigieron ayer «que se cumpla con la ley» y que se elimine completamente el paso por psiquiatría, «para que ninguna otra persona trans tenga que sufrir este tipo de violencia tránsfoba», al considerar que el hecho de que los responsables de la primera acogida a las personas que solicitan su asistencia en la Unidad de Identidad de Género sean profesionales de psiquiatría «no ayuda en absoluto».
La comparecencia de ayer viene a raíz de un caso concreto, pero remarcaron que «no es único ni excepcional en una UIG en la que la patologización y el cuestionamiento de nuestras identidades es sistemático», poniendo el foco sobre algunos profesionales de la psiquiatría, con prácticas que, aseguran, «son contrarias a la ley».
«Este paso por psiquiatría es contrario a cualquier despatologización y cuestiona nuestro derecho y autonomía para tomar decisiones sobre nuestros cuerpos. Esta paternalización que la UIG hace sobre las personas trans y nuestras identidades nos despoja de cualquier autonomía y provocan que acudamos con miedo a un servicio que en otras circunstancias resultaría empoderante», añadieron.
Por ello, exigieron una sanidad «de calidad y respetuosa con las personas trans, nuestros derechos e identidades; un servicio en el que no haya que esperar en torno a tres años para una intervención quirúrgica y especialmente, un servicio que conozca y se encuentre sensibilizado con las realidades específicas de nuestro colectivo. Queremos un servicio en el que no se nos impongan roles de género misóginos como condición a recibir tratamientos hormonales, en el que no se cuestionen nuestros gustos», apuntaron.
Así, subrayaron que entienden sus reivindicaciones «desde una lucha más grande: la lucha por una sanidad pública y de calidad y en la que se respete a todo el mundo».
CARENCIAS DE LA UNIDAD
El sindicato ESK informó, asimismo, de que le constan «quejas de tratos intimidatorios y vejatorios hacia estas personas por parte de dicho personal facultativo» de la UIG. «Tampoco es de recibo que el acceso a cualquier tratamiento médico o quirúrgico requiera, en todos los casos, la verificación por parte de esta Unidad de la condición de trans, ¿con qué derecho estos profesionales deciden quién es trans y quién no? ¿Acaso las personas trans no han realizado un recorrido afectivo, personal y social como para no saber lo que son?», cuestionó el sindicato.
Por ello, abogaron por cambio «un cambio radical» de la UIG «que lleve aparejado una despatologización real de la realidad trans».

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