UGT pide a Pradales subir salarios, bajar la temporalidad e integrar a migrantes
Atajar la alta temporalidad en la Administración, especialmente en Osakidetza y en Educación; mejorar los salarios públicos y privados y reforzar las políticas de integración de migrantes son algunas de las demandas que represetantes de UGT plantearon ayer al lehendakari Imanol Pradales en el encuentro celebrado en Ajuria Enea.

El lehendakari Imanol Pradales reanudó ayer su agenda institucional con un encuentro en el palacio de Ajuria Enea con el secretario general de UGT Euskadi, Raúl Arza, y la responsable de la Federación de Servicios Públicos de este sindicato, Arantza Agote.
La reunión forma parte de la ronda de contactos que el lehendakari abrió en julio con sindicatos, partidos políticos, agentes sociales y económicos para escuchar sus demandas, encuentros que, según Arza, refleja un «talante» diferente al que existente durante la anterior legislatura de Iñigo Urkullu, cuando, a su juicio, faltó ese proceso de escucha.
En una comparecencia al término de la cita, el líder de UGT defendió la necesidad de que en la CAV se acuerde un salario mínimo garantizado en convenio, que permita que el nivel mínimo de retribución salarial sea homogéneo en los tres territorios.
En la Administración pública apuesta por una reducción sustancial de la temporalidad, que, por ejemplo, supera los 8.000 trabajadores en Osakidetza, mientras que en Educación uno de cada cuatro empleados está en situación de interinidad.
Aunque reconoció que la mayoría de las condiciones económicas en la Función pública se fijan en Madrid, planteó al lehendakari de la CAV la necesidad de mejorar las condiciones económicas, de jornada y de conciliación de los empleados de la Administración ya que estima que hay margen a través de complementos y permisos.
El secretario general de UGT pidió también mayor «flexibilidad» en los requisitos de perfiles lingüísticos en los procesos de estabilización de plazas y que se comprometa a que «ningún trabajador mayor de 45 años de la Administración pueda perder su trabajo por no tener el perfil de euskera requerido».
En Osakidetza, Raúl Arza reclamó a Pradales una reflexión para revertir las privatizaciones e «internalizar», es decir, que sean públicos algunos servicios como, por ejemplo, los de la limpieza o el transporte sanitario. Además, solicitó un refuerzo de la atención primaria y que se haga atractiva para los médicos, para lo cual indicó que se requieren también mayores retribuciones.
FIN A LA RONDA DE CONTACTOS
Con la cita en Ajuria Enea con los dirigentes de UGT, el lehendakari retomó la ronda de contactos con los agentes sociales, que inició en julio. La primera reunión la mantuvo con el secretario general de ELA, Mitxel Lakuntza, que le trasladó su preocupación por el hecho de que tanto el programa de Gobierno pactado por PNV y PSE como las directrices presupuestarias hechas públicas tienen un carácter continuista y no dan muestras de que vaya a haber los cambios de dirección que el sindicato considera necesarios.
Pese a ello, calificó el encuentro de «positivo» y mostró su disposición a llegar a acuerdos «si hay contenidos». Hacía once años que ELA no se reunía con un lehendakari, algo que Lakuntza achacó a decisiones del anterior Ejecutivo de Lakua.
Días más tarde, Imanol Pradales se reunió con las secretarias generales de LAB y CCOO. El sindicato abertzale reclamó que el pacto de salud y las políticas públicas se hagan teniendo en cuenta a los trabajadores y el marco vasco. Asimismo, Garbiñe Aranburu pidió una política industrial pública y que la transformación ecosocial no esté dirigida por las empresas sino acordada con los trabajadores.
CCOO, por su parte, demandó rebajar la exigencia de euskara y no usar el idioma como «arma arrojadiza ni de discriminación». Para el sindicato dirigido por Loli García, no hay una ofensiva judicial contra el euskara, sino que «lo que ha habido es un abuso de determinados ámbitos que iban en contra de la propia norma del Gobierno Vasco».
El lehendakari Pradales se reunió el 24 de julio con la presidenta de Confebask, Tamara Yagüe, quién le ofreció «colaboración y lealtad institucional» peroa renglón seguido reclamó medidas para «reforzar la competitividad», así como para rebajar el absentismo y la conflictividad laboral.

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