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IRUÑEA

Rozalejo se convertirá en 2025 en el edificio de la memoria de Nafarroa

Tras iniciarse los trabajos de adaptación hace dos años, el Palacio del Marqués de Rozajelo de Iruñea se convertirá a lo largo de 2025 en el edificio de la memoria y la convivencia en Nafarroa, según señaló ayer la vicepresidenta segunda del Ejecutivo navarro, Ana Ollo, en una visita a las obras en el inmueble, que entran en su fase decisiva.

Trabajos en el interior del Palacio del Marqués de Rozalejo de Iruñea.
Trabajos en el interior del Palacio del Marqués de Rozalejo de Iruñea. (GOBIERNO DE NAFARROA)

En 2025, el Palacio del Marqués de Rozalejo de Iruñea se convertirá en el edificio de la memoria y la convivencia de Nafarroa, según señaló ayer la vicepresidenta segunda del Ejecutivo navarro, Ana Ollo.

Las obras de rehabilitación del antiguo edificio barroco de la plaza Navarrería se iniciaron en 2022, cuentan con una inversión plurianual de 9,2 millones y han entrado en su fase decisiva, según indicó Ollo en una visita a las obras junto al equipo de su departamento y al consejero de Economía y Hacienda, José Luis Arasti. Se trata del edificio desalojado en su día tras funcionar como gaztetxe Maravillas.

Ollo destacó la importancia simbólica de este proyecto, así como el doble sentido de este edificio, ya que tendrá un uso administrativo (acogiendo a la Dirección General de Memoria y Convivencia y del propio Instituto Navarro de Memoria), pero además será un inmueble abierto al público para poder albergar exposiciones, consultas de fondos documentales, etcétera.

«Es una apuesta estratégica que viene desde la legislatura de 2015 con el valor de visibilizar la memoria en un espacio muy emblemático y céntrico de la propia ciudad», señaló la consejera.

Rozalejo es un proyecto liderado por el actual departamento de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskara en esta legislatura, y es fruto de un trabajo interdepartamental e interinstitucional, ya que cuenta además con financiación europea vía estatal (Pirep-Next Generation), por un lado, y por otro, tiene su encaje en el planeamiento urbanístico municipal de Iruñea.

En cualquier caso, «más allá de la vertiente que tiene que ver con la parte presupuestaria y de obras, Rozalejo contiene un alto valor simbólico de la apuesta del Gobierno de Navarra por la memoria», apuntó la vicepresidenta segunda.

«El edificio es la sede idónea para la Dirección General de Memoria y Convivencia y para el Instituto Navarro de la Memoria, y lo es porque es un espacio suficiente para implementar todas las herramientas necesarias, porque permite aunar sinergias, porque es un espacio en el centro de la ciudad con actividad y servicios dirigidos a la ciudadanía y porque sitúa a las políticas públicas de memoria en el centro de Pamplona como un espacio físico y un compromiso inequívoco», añadió Ollo durante la visita.

COMPLEJIDAD TÉCNICA

El inmueble cuenta con alrededor de 2.000 metros de superficie distribuida en un sótano, un semisótano, una planta baja, tres plantas en altura y una entrecubierta, además de dos patios. En cualquier caso, según explicó la vicepresidenta, es una intervención con una notable complejidad técnica que ha requerido de adaptaciones durante su curso.

Cuando esté concluido, el edificio combinará dos usos principales. Por un lado, los espacios especialmente definidos para el uso abierto al público, son el salón de actos (80 plazas), la sala de reuniones y los espacios expositivos (en planta baja y primera). Por otra parte, las plantas segunda y tercera, acogerán el uso administrativo, donde se ubicarán las oficinas y los servicios mencionados, junto al centro documental y biblioteca.

Las obras están llegando a una fase decisiva, en tanto que desde principio del verano se están desarrollando los trabajos relacionados con las instalaciones. Actualmente se están finalizando los trabajos en el exterior del edificio (fachadas y cubierta) y comenzando la ejecución de los revestimientos para acometer, a continuación, la parte de la carpintería exterior.

Se estima que la finalización de la obra (según el plazo de ejecución del Pirep) se lleve a cabo en el primer semestre de 2025, aunque la apertura efectiva del edificio (licencia, traslados, equipamiento…) requerirá de un tiempo adicional, de manera que su puesta en marcha gradual tendría lugar, si todo va según lo previsto, en el último trimestre del próximo año.