Martxelo DÍAZ
IRUÑEA

Nafarroa reconoce a quince víctimas de abusos de la Iglesia católica

Quince personas han sido reconocidas por el Gobierno navarro como víctimas de abusos de la Iglesia católica, según se recoge en el informe de 2023 de la comisión de expertos creada en base a la ley aprobada un año antes y que se presentó ayer en el Parlamento navarro. La edad media del inicio de los abusos reconocidos se sitúa en los nueve años, aunque hay casos de seis años.

Acto de reconocimiento a las víctimas de la Iglesia católica en junio de 2022.
Acto de reconocimiento a las víctimas de la Iglesia católica en junio de 2022. (Iñigo URIZ | FOKU)

La comisión de expertos para el reconocimiento de las víctimas de la Iglesia católica en Nafarroa ha hecho oficial su condición de víctimas en el cas de quince personas, explicó ayer su presidente, Josean Echauri, en la presentación de su informe relativo a 2023 en el Parlamento navarro.

En 2023, se admitieron a trámite 53 expedientes, de los que quince han sido reconocidos como víctimas -una persona abandonó el proceso antes de su conclusión-, otros nueve están en proceso y 28 están pendientes de iniciar su tramitación.

Según recoge el informe, de entre las víctimas, once son hombres y cinco, mujeres. De las cinco mujeres, cuatro han sido víctimas de victimarios de sexo masculino y en el caso de la quinta, la agresora fue una mujer. Por su parte, todos los hombres han sido víctimas de victimarios masculinos. Por lo tanto, entre los victimarios hay quince hombres y una mujer. Trece de las víctimas refieren haber sido abusadas por un victimario; dos personas, por dos, y una, por tres victimarios.

Entre las cuestiones analizadas, ocho refieren no haber ido nunca a servicios de salud mental y la otra mitad sí ha necesitado tratamiento psicológico. De estas últimas, tres presentan trastornos de personalidad y cinco, emocionales.

El informe añade que respecto a consumos y adicciones, dos han respondido afirmativamente y catorce señala no consumir nada.

INICIO, A LOS 9 AÑOS

La edad media de inicio de los abusos es a los 9 años, aunque hay víctimas que los sufrieron desde los 6 y otras desde los 12. La mayoría de los abusos ocurrieron en la década de 1960 (ocho casos), seguida por la de 1970 (cinco), dos en la de 1980 y una en la de 1950.

El entorno de los mismos se produjo en el contexto educativo y colegios (doce), en parroquias (tres) y una en un domicilio familiar. Asimismo, nueve victimarios ejercían como profesores en los distintos colegios, tres eran párrocos, dos desarrollaban labores de enfermería en centros educativos y dos eran cuidadores en colegios. Trece víctimas pertenecían al alumnado y tres a la feligresía de diferentes parroquias de Nafarroa.

Doce de las personas reconocidas como víctimas, un 75%, indican que nunca comunicaron los hechos sufridos, dos avisaron al colegio y otros dos a familiares cercanos.

RECONOCIMIENTO

En lo relativo a la reparación del daño, once de las víctimas solicitan de los centros, congregaciones, órdenes o diócesis implicadas el reconocimiento público y personal de los hechos sucedidos, así como su responsabilidad. Además, tres víctimas demandan una petición pública de perdón. Otras tres manifiestan su petición de que se haga público el nombre de los victimarios y dos piden una indemnización económica.

La comisión se creó en 2022, tras aprobarse una ley para la protección de víctimas de la Iglesia católica, de una manera análoga a la de víctimas de agentes policiales. Según explicó en el Parlamento su vicepresidente, Mikel Córdoba, su objetivo es «la articulación del derecho al reconocimiento de las víctimas» de la Iglesia católica y el esclarecimiento del contexto en el que se cometieron.

Para ello, reciben a quienes han manifestado su interés en ser reconocidas como víctimas, tras lo que se inicia un proceso calificado por Córdoba como técnico, subrayando que no tienen competencias en el ámbito de la Justicia. «No buscamos determinar culpabilidades», subrayó.

Junto a ello, Córdoba valoró positivamente que este año la Iglesia católica haya designado a los dos miembros que le correspondían en la comisión de víctimas, así como la colaboración que han mostrado el Arzobispado de Iruñea y las distintas órdenes católicas cuando han mantenido contactos.