Una premisa prometedora que se queda a medias

Marguerite, una joven apasionada por las matemáticas, se enfrenta a los desafíos de la vida académica y personal mientras lucha por su lugar en un mundo dominado por hombres.
Una premisa prometedora y una protagonista muy interesante sostienen la película a duras penas.
Novion opta por una dirección sobria y elegante, que captura bien los espacios académicos y los entornos cotidianos de Marguerite. No obstante, la película peca de ser demasiado contenida, careciendo de momentos visuales que realmente impresionen o se queden en la memoria del espectador. No tiene un estilo visual distintivo que le dé mayor personalidad.
Si bien la exploración del lugar de las mujeres en las disciplinas científicas es relevante, la película no profundiza en estos temas con la agudeza que merecen. En lugar de ofrecer un análisis incisivo de las dificultades que enfrenta Marguerite, el filme se conforma con seguir una trayectoria convencional, sin arriesgarse a explorar nuevas perspectivas.
Ella Rumpf hace un trabajo impecable; domina la pantalla en todo momento, siendo quien sostiene el peso de la película y dota al personaje de una sensibilidad que capta bien su fragilidad emocional y su esfuerzo por encontrar su lugar.
Es cierto que la trama se mantiene bastante clara y tiene una primera parte muy prometedora, pero en la última hora se vuelve un poco confusa. Hacia el final, la cinta flirtea con el suspense y el drama romántico de un modo excesivamente calculado y tradicional.
Es correcta y entretenida, pero se queda a medias; no va más allá de ser un relato convencional sobre una joven que lucha por encontrar su lugar en el mundo.

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