Inverosímil y tediosa

La cinta dirigida por Jordan Scott, -hija del legendario director Ridley Scott- es un intento fallido de thriller psicológico que no llega a cumplir las expectativas.
El punto más destacable de la película es su premisa: la acción se traslada a Berlín para presentarnos a Ben (Eric Bana), un escritor y psicólogo social que investiga la mentalidad colectivista de las sectas después de darse un suicidio colectivo. A la vez su hija Mazzy (Sadie Sink) llega para tratar de re-conectar con él tras el divorcio pero pronto se verá atrapada, precisamente, en uno de estos peligrosos grupos.
A pesar de un punto de partida que prometía una exploración oscura y compleja del control mental y la manipulación psicológica, la historia se queda muy corta, con personajes mal desarrollados y una narrativa que avanza de manera predecible y poco convincente.
El guion tampoco ayuda en absoluto, con diálogos que suenan acartonados y a menudo clichés, lo que reduce la credibilidad de los personajes y sus interacciones. Dramáticamente es poco creíble y tiene un desarrollo que se vuelve cada vez más tedioso, la película falla en todos los aspectos, incluido el actoral.
Protagoniza la cinta Eric Bana; actor que hemos visto en infinidad de películas y en papeles destacados -“Chopper” o “Munich” por ejemplo- pero que en “La Secta” no podría haber tenido un desempeño más decepcionante.
El desenlace de la película se desarrolla de forma apresurada, lo que deja una sensación absoluta de superficialidad y falta de sustancia. Justo cuando parece que se acerca el clímax, la tensión se disuelve abruptamente.

Otegi y Esteban advierten de que ya «no vale» con la amenaza de PP-Vox

Sánchez Corbí, de la UCO a Acciona; una «puerta giratoria» a seguir

Tolosako hilerrian duela hiru hamarkada esan gabe geratu zirenak

Periodismo en tiempos de maraña golpista
