Kooperatiben Kontseilua homenajeó ayer a más de 30 empresas cooperativas vascas con más de 50 años de trayectoria. La cita sirvió para poner en valor el papel de las cooperativas en la economía vasca y contó con una ponencia del paleontólogo José Luis Arsuaga sobre la evolución humana y el futuro del cooperativismo.

En un acto que tuvo lugar en el Palacio Euskalduna de Bilbo, representantes de 32 cooperativas con una trayectoria de medio siglo acudieron para ser reconocidas por su contribución a la economía y la sociedad vasca. Por ello, el presidente de Kooperatiben Kontseilua, Patxi Olabarria, ensalzó el valor de estas empresas que, según sus palabras, «son un testimonio vivo de que la perseverancia y la capacidad de transformación pueden ser las mejores herramientas para hacer frente a las diferencias de la economía global».

El evento se enmarca dentro de los homenajes que Kooperatiben Kontseilua realiza desde 2019, cuando puso en valor la trayectoria de 60 empresas cooperativas. Este año han sido 32 las cooperativas de diferentes sectores, como la industria, transportes, agrario o educación, las que pasaron por el escenario para recoger un galardón. Al acto acudieron, entre otros, el vicelehendakari segundo y consejero de Economía, Mikel Torres; el director de Economía Social, Jokin Díaz; la presidenta de Konfekoop, Rosa Lavín; el director general de Emprendimiento y Competitividad Empresarial de la Diputación Foral de Bizkaia, Joseba Mariezkurrena; y la coordinadora General del Área de Cooperación de Lakua, Ainara Udaondo.

En la CAV actualmente hay registradas 3.717 cooperativas, de las cuales 570 están en Araba, 1.757 en Bizkaia y las 1.390 restantes, en Gipuzkoa. De ellas, más de un centenar «llevan más de medio siglo construyendo un mundo mejor desde Euskadi».

«EL PRINCIPIO DEL FUTURO»

Durante su discurso, Olabarria destacó la importancia de las cooperativas en el camino de crear «un modelo económico más justo» y aludió a «los principios y valores cooperativos», tales como la «equidad, la justicia o la responsabilidad», lo que le llevó a catalogar la cooperación como «un rasgo intrínseco del ser humano». Para apoyar esta idea, el paleontólogo Juan Luis Arsuaga ofreció la conferencia “Cooperar para competir: la clave de la evolución social”, en la que unió una de sus especialidades, la evolución humana, con el mundo cooperativo.

En opinión del reputado científico, el cooperativismo es «un modelo interesante para alguien que estudie la evolución humana». En su ponencia, dejó patente la relación entre la biología y la economía, partiendo de las teorías de Charles Darwin y Alfred Russel Wallace. Lejos del «darwinismo aplicado a teorías económicas y sociales liberales», que calificó de «despiadadas», Arsuaga expuso que la razón de la evolución recae en el avance individual, que a su vez impulsa la evolución continua a nivel social y, también, económico. Es lo que se conoce como «hipótesis de la Reina Roja», tomada del libro “Alicia a través del espejo”.

De la misma forma, el paleontó logo puso como ejemplo a los «insectos sociales», como las abejas, las hormigas o las termitas. Su caso responde a una evolución colectiva que les aporta ventajas respecto al resto de especies, algo parecido a lo que ocurre con el ser humano. «Esa es la base del progreso tecnológico: cuanto más local es una especie, menos evoluciona, también biológicamente».

Finalmente, afirmó que, siguiendo la lógica evolutiva, «el modelo cooperativo es la última etapa del desarrollo de la especie humana» y terminó vaticinando que «el cooperativismo será el principio del futuro».