EDITORIALA

Nuevas maniobras para imponer el relato único

La iniciativa Memoria Osoa presentó ayer el acto que ha organizado para el 12 de octubre en Gasteiz con el objetivo de hacer visibles y dar voz a las víctimas de la Guardia Civil. De este modo, pretende denunciar el acto de ensalzamiento de la Guardia Civil que tendrá lugar en la capital de Araba el próximo sábado. La iniciativa recordó que este cuerpo militar es el responsable de numerosas violaciones de los derechos humanos en Euskal Herria y que la mayoría de ellas continúan todavía impunes. A juicio de esta iniciativa, este tipo de actos de ensalzamiento del instituto armado, además de humillar y revictimizar a las víctimas, aumentan la discriminación que padecen.

Lo cierto es que en los últimos meses se observan algunos cambios que tratan de revertir el trabajo realizado hasta ahora por las víctimas de vulneraciones de los derechos humanos para la construcción de la convivencia democrática. Hace dos meses, el Ayuntamiento de Gasteiz decidió conceder la Medalla de Oro de la ciudad al Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, una entidad que se caracteriza precisamente por ser la punta de lanza del relato parcial. Las víctimas de la violencia estatal interpretaron ese reconocimiento como un hecho que profundiza la discriminación que ya sufren. La semana pasada, la Guardia Civil realizó en Bilbo, Gasteiz y Donostia exhibiciones públicas con las que ese cuerpo militar trató de rehabilitar su maltrecha imagen. Y el acto que se anuncia para el próximo 12 de octubre parece destinado a rendir un homenaje al instituto armado. Todas estas actuaciones muestran que se ha puesto en marcha una campaña para ocultar las violaciones de derechos humanos -y a las víctimas- que ha cometido la Guardia Civil. Y las instituciones están participando en ella, dejando de lado los principios de igualdad y no discriminación que deberían presidir la actuación pública en cuestiones de memoria.

No es difícil ver detrás de todos estos movimientos un impulso político que busca imponer un relato único, al tiempo que debilitan el trabajo de las asociaciones de la memoria en su empeño por avanzar hacia la convivencia democrática.