El Gobierno pakistaní decretó la ilegalización del Movimiento de Protección para los Pastunes (PTM), un importante grupo de derechos de la etnia pastún, mayoritaria en el vecino Afganistán, bajo la acusación de estar implicado en actividades «perjudiciales para la paz y la seguridad» de Pakistán, aunque no precisó a qué actividades se refiere.

Su prohibición se produce a escasos días de un acto multitudinario convocado por el PTM que iba a acoger el 11 de octubre una gran reunión de la comunidad pastún, para presentar sus demandas al Ejecutivo, que se refieren principalmente a las violaciones de derechos humanos que sufre por parte de las fuerzas de seguridad pakistaníes.

Este grupo fue fundado en 2014 para exigir el fin de las ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzadas de pastunes y otras minorías étnicas a manos de las fuerzas de seguridad del país.

El Gobierno de Islamabad lo acusa de fomentar el malestar y de trabajar a instancias de agencias de Afganistán y de India. La ilegalización del PTM se produce en un contexto de creciente violencia armada en Pakistán, especialmente en las provincias de Khyber Pakhtunkhwa y Baluchistán, limítrofes con Afganistán.

TRES MUERTOS EN BALUCHISTÁN

Precisamente, ayer un grupo baluche mató a al menos tres personas e hirió a 17 en un ataque contra un convoy de una compañía china cerca del aeropuerto de Karachi, la ciudad más poblada de Pakistán.

Pekín confirmó que las dos víctimas mortales y uno de los heridos son de nacionalidad china. El convoy transportaba personal de la compañía Port Qasim Electric Power, que forma parte del gran proyecto de Corredor Económico China-Pakistán. La Embajada china pidió a Islamabad que «investigue a fondo, castigue severamente a los perpetradores» y proteja a «los ciudadanos, instituciones y proyectos chinos en Pakistán».

La autoría fue reclamada por el independentista Ejército de Liberación Baluche (BLA), que indicó que atacó un convoy con ingenieros e inversores chinos de alto nivel. Los intereses chinos a menudo son atacados por insurgentes en Baluchistán, cuya población se queja de ser marginada y despojada de sus recursos naturales, ahora en favor de la expansión china.