MAITE BIDARTE

«Una ballena», una película más respetuosa con el medio ambiente

Hacer una película %100 sostenible no es posible, pero sí existe la posibilidad de limitar el impacto de la película. Es el caso de “Una ballena”, una producción de la productora Sr&Sra donostiarra que ha conseguido reducir la huella de carbono un 10%.

AEneko Muruzabal y Leire Apellaniz.
AEneko Muruzabal y Leire Apellaniz. (Maialen ANDRES | FOKU)

 

“Una Ballena” es un thriler fantástico dirigido por Pablo Hernando (Gasteiz, 1986) y protagonizado por Ingrid García Jonsson (Bureå, 1996). El largometraje de la productora donostiarra Sr&Sra tendrá su estreno europeo en la Sección Oficial del Festival de Sitges hoy. Es el primer largometraje del Estado español que consigue el sello verde europeo Green Film. Es necesario hacer un análisis, guion en mano, de la huella previsible generada en el rodaje. Y, una vez detallados los impactos, hay que trazar un plan para intentar reducirlos. Y es justo ahí donde entran la consultoría Bilibin Circular y Eneko Muruzabal.

Leire Apellaniz y Eneko Muruzabal han llegado a este punto por una convicción personal. En su día a día tratan de vivir de una manera sostenible. Pero, cuando la productora donostiarra salía de casa y fichaba en el trabajo, su convicción chocaba contra un muro de hormigón armado. Porque, en el mundo del cine, lo importante es sacar la película adelante, cueste lo que cueste. Los caterings suelen organizarse bajo la creencia «más vale que sobre que no que falte», por ejemplo. «Es una locura toda la comida que se tira en los rodajes», señala Apellaniz, «reducir la huella de carbono en el catering fue uno de los primeros retos».

Y, aunque puede sonar un poco a Mister Wonderfull, tanto Muruzabal como Apellaniz hacen hincapié en que lo más importante no es solo la reducción conseguida, sino el trabajo de sensibilización que ha llevado a cabo con todo el equipo. Otro de los retos importantes fue la planificación de la movilidad del equipo. Aseguran que llevar esta conciencia sostenible a lo tangible no ha tenido ningún gasto relevante extra.

¿Pero es suficiente tener conciencia sostenible en la producción, o son las propias historias las que tienen que ser sostenibles? «Esa es la pregunta del millón», afirma Apellaniz. «Las decisiones más importantes se toman en el proceso de escritura del guion. Muruzabal tiene claro que el objetivo de ser sostenible hay que tenerlo desde el principio a la hora de decidir «qué historias contamos, qué imágenes creamos, y cuáles son los conflictos que escribimos».