Pello GUERRA
IRUÑEA

Una placa en homenaje a Berrueta «cierra por fin un duro ciclo de dolor y resistencia»

Veinte años después de que le mataran en la panadería que regentaba en el barrio iruindarra de Donibane, «por fin» una placa homenajea a Ángel Berrueta como víctima de motivación política para «cerrar un duro ciclo de dolor y resistencia», como señaló ayer el alcalde, Joseba Asiron, en el acto de inauguración de ese símbolo de recuerdo.

Representantes públicos y familiares de Ángel Berrueta posan junto a la placa.
Representantes públicos y familiares de Ángel Berrueta posan junto a la placa. (Idoia ZABALETA | FOKU)

Con un sencillo pero muy emotivo acto, ayer fue inaugurada una placa en homenaje a Ángel Berrueta como víctima de motivación política frente al número 18 de la calle Martín Azpilcueta del barrio iruindarra de Donibane, donde se encontraba la panadería que regentaba y en cuyo interior le mataron el policía español Valeriano de la Peña y su hijo.

Al acto asistieron la Corporación del Ayuntamiento de Iruñea, salvo UPN y PP, además de la vicepresidenta segunda y consejera de Memoria y Convivencia del Gobierno de Nafarroa, Ana Ollo, como muestra del apoyo del Ejecutivo a esta iniciativa que ha partido del Consistorio gobernado por Joseba Asiron.

Junto a ellos se encontraban la viuda de Berrueta, Mari Carmen Mañas, y sus hijos Aitziber, Imanol y Aitor (Enekoitz no pudo asistir), además de numerosos amigos y vecinos del barrio, muchos de los cuales les han acompañado en su lucha de dos décadas por obtener finalmente este reconocimiento para Ángel.

AÑOS DE AMENAZAS

En su intervención, el primer edil iruindarra recordó que el pasado 17 de junio, el Gobierno de Nafarroa reconocía oficialmente a Ángel Berrueta como víctima de motivación política, «un paso definitivo en un demasiado largo periplo de veinte años en busca de verdad, justicia y reparación». Y por ese motivo, valoró que «con la colocación de esta placa en su memoria, cerramos un duro ciclo marcado por el dolor y la resistencia».

Asiron destacó que «atrás quedan años de amenazas, de acoso, de cargas policiales que llegaron incluso a ensombrecer el duelo mientras velabais todavía el cuerpo de Ángel. Atrás quedan las roturas de cristales en la tienda, las pintadas en la puerta de casa, el desamparo y el desprecio institucional. Pero no se olvidan, porque no olvidar es también reparar, es una cuestión de justicia».

Insistió en que «Ángel fue una víctima política y vosotros, su familia, solo habéis pedido una cosa, algo tan sencillo y profundo como el reconocimiento de vuestra verdad».

Resaltó además que «hoy aquí honramos a todas las víctimas de motivación política con el mismo respeto, con el mismo reconocimiento, porque todas son iguales ante las instituciones. Recordamos por quienes, como Ángel, desgraciadamente ya no pueden hablar ni contarnos su verdad. Hoy su verdad ha quedado grabada definitivamente en esta placa, pero sobre todo en nuestros corazones».

En nombre de la familia, Aitziber Berrueta dio las «gracias por estar a nuestro lado una vez más» y puso de relieve que «este año por fin ha sido recuonocido el aita como víctima de motivación política». La hija de Ángel agradeció especialmente al Ayuntamiento «que haya hecho este acto oficial y público. Tener una placa en la que dice que aquí asesinaron a Ángel Berrueta, para la familia y el barrio es importante, porque así perdurará la memoria y el recuerdo».

El acto se cerró con un aurresku bailado por Asier Mañas, sobrino de Ángel, y los gritos emocionados de las personas congregadas, que, una vez más, lanzaron al viento el lema «Angel, gogoan zaitugu».