Iñaki IRIONDO
CICLO DE CONGRESOS DE LOS PARTIDOS

Reconstrucciones simultáneas en muy distintos momentos

PNV, EH Bildu, PSE y Sumar Mugimendua celebran entre ahora y los primeros meses de 2025 sus congresos y asambleas. Pero aunque coincidirán en el tiempo, lo hacen en momentos muy distintos. Los jeltzales llegan tras un ciclo electoral decadente y con necesidad de hace frente a la desmoralización interna, mientras que la izquierda independentista surfea una ola creciente.

(Oskar MATXIN EDESA | FOKU)

Entre estos días y el 30 de marzo de 2025, los tres principales partidos vascos -PNV, EH Bildu y PSE-, además de Sumar Mugimendua, van a someterse a procesos internos que supondrán una reconstrucción de su corpus político y de sus órganos de dirección. Coincidirán en el calendario pero no en el momento político en el que llega cada formación a sus respectivas asambleas y congresos.

Y su vez, además de los tiempos internos y de los problemas o ventajas que tenga cada cual, hay un componente externo que nadie controla desde Euskal Herria, pero que puede afectar a estos partidos. Lo imprevisible es si Pedro Sánchez consigue comer las uvas en la Moncloa sin convocar elecciones en el primer trimestre del próximo año. O antes. Eso cambiaría mucho el escenario. Más para unos que para otros.

EL PNV PROCRASTINA Y SE CENTRA EN RECONSTRUIR LAS ESTRUCTURAS TERRITORIALES CON LOS MIMBRES ACTUALES

El PNV llega al momento de su reconstrucción interna tras un proceso de desgaste electoral donde la única satisfacción ha sido la de poder seguir en Ajuria Enea con Imanol Pradales tras haber sacrificado a Iñigo Urkullu en el altar de la renovación generacional. E incluso esa satisfacción se logró por los pelos, empatando a 27 escaños con EH Bildu, después de ir todo el recuento por detrás, y teniendo que fiar su continuidad en Lehendakaritza a satisfacer las peticiones de un PSE especialmente impertinente en las últimas fechas.

Junto a ello se da una sensación de desafección interna, que todavía no ha podido ser cuantificada, con una parte de la militancia que siente que no se le tiene en cuenta, y que critica que los procesos de reflexión sobre la caída electoral y la adopción de medidas se han ido retrasando. Recuerdan que «tras el último descalabro electoral producido en las elecciones europeas, desde el EBB se aventuró la convocatoria de una Asamblea General del Partido de la que se daría cuenta con motivo del 129 aniversario del Partido» el 31 de julio, y que esto se ha demorado hasta el 29 y 30 de marzo. Y también denuncian que el orden de «proyecto, organización y personas» comprometido por Andoni Ortuzar se ha visto adulterado, y el PNV se ha adentrado ya en la reelección de sus direcciones provinciales y de la Asamblea Nacional, sin que se sepa si los elegidos coincidirán con la línea política y los estatutos que se aprueben.

En concreto, llaman la atención sobre el hecho de que, «tras el último proceso electoral, el EBB no ha sido capaz de elaborar unos textos básicos sobre los que establecer el tan anunciado debate sobre la adecuación del ideario del Partido a los retos de Euzkadi en las próximas décadas».

Nadie duda de que el aparato del PNV -maquillado por ahora con el relevo de Itxaso Atutxa, José Antonio Suso y Joseba Egibar por personas y cuadros de su entera confianza- seguirá imponiéndose en el PNV. Lo que está en duda es si ello contribuirá a volver a conectar al partido con la ciudadanía, y qué papel tendrá en ello la confianza que la intelligentsia de la quinta planta de Sabin Etxa depositó en poder colocar a Imanol Pradales en Ajuria Enea. También habrá que ver si logra superar el bache interno.

EH BILDU SE PREPARA PARA ASUMIR RESPONSABILIDADES DE ALTO NIVEL EN LA GESTIÓN

También EH Bildu ha iniciado esta semana el proceso que le llevará a su III Congreso y lo hace de forma inversa al PNV. Arnaldo Otegi anunció este viernes las bases de su ponencia política, que incluye algunos retoques organizativos, y luego, entre el 19 de enero y el 8 de febrero, se elegirán la mesa política y otros órganos de dirección. También hay pocas dudas de que Otegi mantendrá un liderazgo que nadie cuestiona ni dentro ni fuera. Será, eso sí, su último mandato.

Pero la diferencia no está solo en que la izquierda soberanista trabajará primero las ponencias y luego los cargos, sino también en que mientras los jeltzales aspiran a frenar su caída, EH Bildu determina que sus «principales retos organizativos y de funcionamiento» están encaminados a «prepararse para asumir responsabilidades de alto nivel en la gestión institucional», según se lee en su documentación interna. Para ello, se proponen «profundizar en la concreción del programa político; profundizar en la formación de los cuadros de gobierno» y «avanzar algunos debates, cohesionar a la militancia en relación con ciertos temas estratégicos y, en general, aumentar la capacidad de la organización para la batalla ideológica».

Se podrá alegar que el PNV ya gestiona esas altas responsabilidades institucionales y no necesita prepararse para ello. Quizá ese sea uno de los principales problemas de este partido, no haber mantenido una actitud de formación continua y haber desperdiciado aquel proceso de «escucha activa» cuyas enseñanzas no parecen haber aprovechado.

En su ponencia, EH Bildu fija que «la presencia en las calles y la comunicación directa con la ciudadanía son los espacios y herramientas primordiales para la lucha ideológica. En efecto, nosotras y nosotros no contamos ni contaremos con el apoyo de los medios de comunicación hegemónicos, pero tenemos algo que puede resultar más decisivo: un arraigo/implantación socio-territorial excepcional; un compromiso militante sin parangón; y la comunicación directa con la ciudadanía que ambos posibilitan».

Se propone «entablar una comunicación de ida y vuelta» con la ciudadanía. Y pretende utilizar para ello su amplia implantación municipal, ganado todo ello con capacidad de escucha directa de los problemas de la gente.

Del acierto con el que afronte este reto dependerá en gran medida que EH Bildu pueda mantener la línea ascendente que ha seguido en su último ciclo electoral.

EL CONGRESO DEL PSE SEGUIRÁ AL DEL PSOE

Eneko Andueza anunció el pasado 1 de octubre que el 10º Congreso del PSE tendrá lugar los días 14, 15 y 16 de febrero. Pero antes que eso, el PSOE celebrará su 41º Congreso Federal en Sevilla los días 29 y 30 de noviembre, y 1 de diciembre. Y no es un detalle menor, porque el futuro del PSE y de Eneko Andueza están íntimamente ligados a los del PSOE y Pedro Sánchez.

Pocas dudas hay de que Andueza seguirá como secretario general, porque de otra forma no tendría ningún sentido haberse quedado fuera del Gobierno de Pradales. Pero habría que ver qué sería del actual momento dulce que vive el PSE, aupado a todas las instituciones por el PNV, en caso de que Sánchez cayera y el PP llegara a la Moncloa.

SUMAR MUGIMENDUA, CREACIÓN Y SUPERVIVENCIA

En estos días también se está celebrando la I Asamblea Nacional de Sumar Mugimendua, que hay que aclara que es uno de los partidos de la coalición Sumar, junto a IU-Ezker Anitza (al que pertenece su único parlamentario, Jon Hernández), Equo-Berdeak y Más Euskadi.

Sumar Mugimendua corre el peligro de celebrar su I Asamblea y la última, lo que se aceleraría si perdiera a su cara visible en el Congreso de los Diputados, Lander Martínez, en caso de una nueva convocatoria electoral. Y desde esa pequeñez llama la atención que pretenda ser «la fuerza tractora en la articulación de un nuevo sujeto político en Euskadi». En medio de la crispación existente, se le puede agradecer que se proponga ser «un espacio amable».

Su Asamblea finalizará el 30 de noviembre y el 1 de diciembre. Y probablemente quedará opacada por Congreso del PSOE. Otra vez.