Un gol psicológico de Oyarzabal que debe servir como punto de inflexión
Un cabezazo a la redes al filo del descanso del capitán txuri-urdin dio el triunfo a los donostiarras en un estadio muy complicado. Con los tres puntos en el bolsillo, los de Imanol encaran este jueves compromiso de la Europa League ante el Maccabi Tel Aviv.

La psicología cada vez está tomando más fuerza en el deporte. La importancia de la salud mental está a la orden del día y en la vida mismo hay maneras y maneras de afrontar los obstáculos que se nos ponen por delante. La Real aprovechó ayer a la perfección un gol de esos llamados psicológicos al filo del descanso para armarse de moral y llevarse los tres puntos de un estadio tan difícil como Montilivi.
Además, el autor del gol fue uno de los que quizás más necesitaba armarse de confianza tras su inicio de temporada alejado de su nivel como es Mikel Oyarzabal. El capitán tuvo varias ocasiones en la primera parte, pero fue en el minuto 44, con un cabezazo tras buen centro de Barrenetxea por la izquierda, cuando marcó el único gol del encuentro.
Gol psicológico para la Real y para Oyarzabal en un tramo de temporada muy complicado con muchos compromisos a la vista con Liga, Copa y Europa League.
De hecho, no fue un partido nada sencillo a pesar de que el Girona se presentaba con numerosas bajas. El equipo catalán tomó la iniciativa en los primeros minutos, mientras que la Real intentaba hacer daño robando balones. Y de ahí llegó la primera ocasión, con un centro de Sergio Gómez por la iquierda que Óskarsson no pudo rematar bien y se marchó fuera.
Pero este Girona de Míchel tiene mucha calidad. El jugadón de Danjuma, que tiró un caño, se marchó de dos jugadores de la Real y le pegó a portería, terminó en corner tras parada de Remiro.
A la Real le estaba costando hacer su juego, pero cuando creyó en sus posibilidades, hizo verdadero peligro. El más activo en este sentido fue el propio Oyarzabal, que tuvo un remate de zurda complicado tras centro por la izquierda de Barrene y un cabezazo tras un corner que detuvo un guardameta Gazzaniga que llegaba de parar tres penaltis al Athletic antes del parón liguero.
Justo seguido, en los mejores minutos txuri-urdines, Óskarsson se quedó ante el meta, pero cruzó demasiado con la zurda. Pero fue Oyarzabal quien golpeó en el 44 de cabeza tras centro de Barrenetxea. Esto dio alas a los de Imanol, porque Sucic tuvo el segundo, pero su lanzamiento se fue muy arriba en un contragolpe antes de llegar al descanso.
DE DOMINAR A UN CORRECALLES
Para comprobar el impacto de ese gol al filo del descanso, basta con ver el inicio de la segunda parte. A la Real se le vio otra cara, dominando y creando ocasiones desde el inicio. Pero con los cambios llegó el correcalles y Álex Remiro -que dio el susto en una posible lesión que quedó en nada- tuvo que evitar el que podía haber sido el empate.
Es verdad que desde fuera todo se ve con más nerviosismo y no podemos saber exactamente cómo estaban los jugadores realistas, pero estos se mostraron serios y unidos en defensa para lograr una victoria que psicológicamente hablando, quién sabe, podría ser un punto de inflexión.

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