El Oinez de Zangoza enciende la solidaridad euskaltzale
La ikastola de Zangoza celebró ayer su cuarto Nafarroa Oinez de sus 46 años de historia. A falta de la valoración final, la organización agradeció a los visitantes el buen ambiente y celebró que, tras días de lluvia que complicaron la adecuación de áreas y aparcamientos, el tiempo acompañara durante la jornada. El testigo pasa ahora a Paz de Ziganda, la ikastola de Atarrabia.

Diez años después de “Esan, Izan Gozan”, la comunidad euskaltzale volvió a responder a la llamada de la ikastola de Zangoza. Decenas de miles de personas se acercaron en caravana, autobuses y vehículos particulares a abrazar la propuesta de la cooperativa de madres y padres en auzolan. Y el día acompañó. Desde bien temprano, la multitud caminaba en manga corta por los 3,5 kilómetros de recorrido, dividido en tres áreas.
La cinta se cortó sobre las 10.50 de la mañana, tras la ceremonia inaugural y los discursos. El hilo conductor de la presentación fue el fuego, en consonancia con el lema de este año: “Piztu”. Así, el acto arrancó encendiendo una hoguera que se usó después para prender cuatro antorchas. Cada una de ellas representaba una de las reivindicaciones de la ikastola: educación euskaldun y de calidad, auzolan, sostenibilidad, y recursos.
Los oradores coincidieron en destacar el problema de la despoblación en la zona, que hace aún más compleja la pervivencia de una lengua minorizada. Carlos Arcelus, presidente de la ikastola, remarcó la necesidad de «garantizar un futuro donde el euskera florezca y las nuevas generaciones crezcan arraigadas a su lengua, cultura y tradiciones».
Por parte del Gobierno, Ana Ollo (vicepresidenta segunda y titular de la competencia en euskara), intervino para poner en valor y dar las gracias a los padres y madres «que sin saber la lengua, apostaron por que sus hijos la aprendan». Y defendió que el euskara constituye «un valor de convivencia y diversidad».
Elena Zabaleta, presidenta de la Federación de Ikastolas, recordó a los «soñadores» que crearon la ikastola de Zangoza hace 46 años. Desde entonces, el centro ha organizado cuatro Oinez (1987, 1998, 2014 y 2024).
Zabaleta subrayó que el esfuerzo que habían realizado las 105 familias que hoy forman la cooperativa fue colosal. Destacando, además, que pese a que el día importante el tiempo acompañó, los días previos llovió complicando la labor en las áreas que quedaban fuera de la ciudad. «Sé que han pasado momentos de apuros», confesó.
El respaldo institucional que tuvo la fiesta fue notable por parte de EH Bildu y Geroa Bai y remarcable por parte de UPN (tres parlamentarios). Llamó la atención, sin embargo, la ausencia del PSN y responsables de Educación.
El alcalde de Zangoza, Javier Solozábal (cercano a UPN), ofreció uno de los discursos de apertura, esforzándose en pronunciar -con regular acierto- parte de él en lengua vasca para desear «que el euskara sea limpia y orgullosa herramienta cultural de todos, lo hablemos o no».
MIL CAUSAS SOLIDARIAS POR EL CAMINO
El Oinez, más que una fiesta de autoridades, es una celebración de la gente de a pie. Así que, pese a que hubo discursos sensatos, lo que de verdad removió emociones fue el corte de cinta. El honor recayó en manos de dos trabajadoras de la ikastola, Axun Urkia y Delia Gracia, por todo el esfuerzo que han realizado a lo largo de los años. Numerosas personas (había un par de cientos) les aplaudieron entre lágrimas.
Tras el tijeretazo comenzó el vaivén de personas entre las tres áreas. El ambiente se respiraba alegre y saludable. Distintas asociaciones sin ánimo de lucro habían colocado puestos en las orillas del recorrido para ser ellos también partícipes del ambiente solidario. Se vieron tenderetes de organizaciones propalestinas, Zaporeak, editoriales que apuestan por el euskara, Gure Esku Dago, Euskal Herrian Euskaraz, colectivos antitaurinos que reunían firmas, etc.
A la vista, el elemento más popular fue, como siempre, la ropa y las mochilas con el lema del Oinez de 2024. El segundo elemento más común era el papel de regalo, dado que era el premio que más tocaba en la tómbola, seguramente para incitar a continuar gastando en esas mil causas o en los de los artesanos. Había carros de bebé con más de una decena de coloridos rollos de papel sobre la capota.
Las txosnas de bocadillos, bebidas y cafés, así como los puestos de cambio de dinero a tickets, funcionaron con celeridad y eficiencia. Sobre todo, teniendo en cuenta de que eran voluntarios con empleos de todo tipo. Alguno que andaba sirviendo bocatas tiene como oficio jugar en Osasuna.
A muchos de los que andaban tras la barra ya no se les puede tomar como amateurs. «Sí, claro que me acuerdo del Oinez del 87. Entonces había quién nos miraba un poco raro. Ahora es distinto, mejor, más normal», comenta Ángel Navallas, que por la tarde hacía barra en el Area 1 (Piztu). «Ya no soy padre. Me toca como abuelo, tengo una nieta de dos años y medio que ha empezado», prosigue. Está convencido, además, de que le tocará arrimar el hombro en un quinto Oinez.
Saioa Juanto, de la comisión de personal, confesaba al término de los conciertos que «hemos trabajado muchísimo, el ambiente has ido buenísimo». Aseguraba que los voluntarios estaban «muy cansados, pero contentos, que es lo importante».
Los números del auzolan que aporta Juanto son para estar bien orgullosos. Ayer movilizaron unos 850 voluntarios. Otros 720 hicieron barra en sanfermines. Además, en las comisiones de organización participaron 156 personas.
ERRONKA Y TESTIGO A PAZ DE ZIGANDA
En medio de la marabunta, como en melé y armados con remos avanzaban decenas de alumnos de la Erronka, la competición física entre distintas ikastolas cuya disputa se fue alternando por las distintas áreas, la plaza de toros y el puente. Al final se impuso el alumnado de Garcés de los Fayos (Tafalla), por delante de Paz de Ziganda (Atarrabia) y Andra Mari 1 (Etxarri).
En el concurso de vídeos, el premio recayó en Argia Ikastola (Fontellas, Tuteraldea), que se impuso a Garcés de los Fayos y Argia 1.
En el balance de las 18:00 horas, la ikastola se mostró «muy agradecida con las personas que nos han visitado» y, en particular, agradeció «la paciencia de los y las visitantes a las entradas y salidas de los aparcamientos».
A expensas de la valoración definitiva, la organizació califica como «exitosas» todas las actividades, celebró «la buena acogida» que tuvieron por parte de la gente.
Por otra parte, a mediodía se llevó a cabo la ceremonia del traspaso, en la que la dirección de la ikastola ha pasado el testigo a Paz de Ziganda, que asume la tarea de organizar la gran fiesta de las ikastolas (y la más multitudinaria que en torno al euskara se realiza en Nafarroa) para el 2025. Una fiesta para la que, como se suele decir, ya falta menos.

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