ETA libera a Revilla tras un rapto con mucho mar de fondo

El 30 de octubre de 1988 ETA liberó a Emiliano Revilla, tras 249 días de secuestro. La liberación se produjo tras el pago de un rescate, que el Gobierno trató de dificultar en un contexto de preparación de negociaciones que no dieron fruto. El mismo día de 2000, ETA mató a un juez del Supremo.
A apenas cien metros del portal de su casa, donde había sido secuestrado el 24 de febrero, ETA dejó en libertad a Emiliano Revilla tras el pago de un rescate. El empresario apareció impecablemente vestido, portando en una mano una carpeta donde guardaba los dibujos que hizo durante los ocho meses de cautiverio y en la otra una tarta que le habían regalado quienes lo liberaron. Acababa el secuestro más largo de ETA.
Junto a la alegría por la liberación se sucedieron los reproches al Gobierno, primero por no haber liberado al secuestrado durante un periodo tan largo de tiempo. Pero después fue el propio Emiliano Revilla quien denunció ante los medios a los responsables del Ministerio del Interior por no haberle avisado nunca de que estaba entre los objetivos de ETA, a pesar de que lo conocían por una incautación de documentación de la organización armada. Y es que en este secuestro hubo mucho mar de fondo que fue más allá de lo habitual en estas ocasiones.
Conocida la liberación, J. Iratzar escribía en su habitual página 3 de los lunes en ‘‘Egin’’ que «unos lo calificarán de burla a la Policía, otros de acción audaz, otros hablarán de desafío al Gobierno. Lo cierto es que la liberación de Emiliano Revilla en la madrugada de ayer, tal y como se produjo al frente de su domicilio, constituye un fortísimo revés a la imagen de prepotencia y arrogancia de la que hace gala el Gobierno español en los últimos tiempos. No parece gratuito señalar que mientras la mayoría de la población respiró con satisfacción, en la cúpula del Ministerio del Interior las caras largas y la preocupación debían ser rasgos definitorios de su estado de ánimo».
Explicaba que el Ejecutivo de Felipe González había convertido este secuestro «en un pulso político» cuando estaba sobre la mesa «un eventual proceso de negociación con la organización armada». De hecho, ETA había hecho pública una oferta en febrero, el mes del secuestro, y la reiteró a los pocos días de la liberación. J. Iratzar daba cuenta de que el Gobierno había pretendido utilizar el secuestro dificultando las labores de la familia. Y recordaba también que el ministro José Luis Corcuera había llegado a «transmitir a ETA la proposición de ofrecerse a abonar el rescate con dinero público a cambio de pistas para la detención del comando», lo que a su entender daba «buena muestra del grado de nerviosismo que ha supuesto para el Estado español el constatar y que constaten su incapacidad de proteger a quien le confíe su seguridad y la de sus beneficios económicos».
El 1 de noviembre, Emiliano Revilla ofreció una rueda de prensa en la que aseguró desconocer los acuerdos a los que pudieron llegar su familia y ETA, pero añadió que «si hay algo comprometido, está comprometido». Acompañado por familiares, relató que había sido tratado bien por sus captores e incluso «amenizó su relato con numerosas anécdotas». Aclaró no tener «síndrome de Estocolmo», asegurando que «detesto y desprecio» a ETA.
Al día siguiente, la portada en la que ‘‘Egin’’ daba cuenta de esta rueda de prensa, también se publicaba un comunicado de ETA ofreciendo una tregua si el Gobierno se sentaba a negociar en Argel.
ATENTADO CONTRA UN JUEZ DEL TRIBUNAL SUPREMO
Aquel proceso de Argel, como otros posteriores, no llegó a buen puerto y ETA continuó con su actividad armada. Y así, en 2000, el mismo 30 de octubre, un coche-bomba hizo explosión a las 9.10 horas en Madrid al paso del vehículo oficial del magistrado de la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo y general togado José Francisco Querol Lombardero, que iba acompañado de su chófer, Armando Medina, y su escolta, el policía Jesús Escudero.
Tras la deflagración, los tres ocupantes del coche murieron en el acto, mientras un elevado número de viandantes resultaba herido o sufría ataques de histeria. Uno de los heridos, el chófer de un autobús urbano que pasaba por el lugar, se encontraba en la UVI en estado muy grave.
El atentado provocó la reacción de los estamentos judiciales, desde donde, junto a declaraciones de apoyo al Estado de Derecho, se realizaron llamamientos a endurecer las penas para los miembros de ETA y a establecer la cadena perpetua. Pero las críticas se extendieron. El entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, dijo sobre el PNV y EA que «ya sabemos lo que duran sus condolencias, de dar el pésame a legitimar la violencia».
[1988] La conexión entre Revilla y Puigdemont
El 30 de octubre de 2017 se conoció que el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, y siete miembros de su Govern contra los que se había querellado la Fiscalía General del Estado, no estaban en Catalunya sino refugiados en Bruselas
¿Y qué conexión hay entre Carles Puigdemont y Emiliano Revilla? Trascurrido un tiempo después del secuestro, se supo que el empresario estuvo los 249 días en un piso del mismo Madrid, cerca de la estación de metro Arturo Soria, donde sus captores habían construido un zulo de dos metros cuadrados. Y por las labores de vigilancia previas a la acción de ETA, fueron condenados miembros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) chileno, que se encontraban en la capital del Estado español. Entre esos condenados estaba Gonzalo Boye.
Gonzalo Boye, abogado de Carles Puigdemont en 2017, acabó la carrera de Derecho en prisión.
En 2021 Daniel Galvalizi entrevistó a Gonzalo Boye para NAIZ que se puede consultar hoy. Su titular fue «Antes el concepto era ‘todo es ETA’, ahora es ‘todo es el procés’».

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