Josep SOLANO
ELECCIONES GENERALES

Las urnas castigan a las derechas eternas en Japón

En unas elecciones históricos, la coalición gobernante de Japón, liderada por el conservador PLD y su socio budista de extrema derecha Kōmeito, ha perdido la mayoría en la Cámara de Representantes por segunda vez este siglo. El resultado superó las peores expectativas para el PLD y castigó a las derechas gubernamentales aunque la fragmentación de la oposición hace improbable un Gobierno alternativo.

(KIM Kyung-Hoon | XINHUA NEWS)

La coalición gobernante de Japón sufrió el domingo un revés sin precedentes en las elecciones generales, al perder 64 escaños en la Cámara Baja de la Dieta. El Partido Liberal Democrático (PLD) del primer ministro, Shigeru Ishiba, y su socio, la formación budista Kōmeito, han visto prácticamente desvanecerse su dominio parlamentario al obtener conjuntamente solo 215 escaños. Este resultado, que supone una caída significativa desde los 279 asientos que controlaban, deja a la coalición por debajo del umbral de los 233 escaños necesarios para mantener la mayoría absoluta en la Dieta, que cuenta con 465 diputados.

La principal fuerza de la oposición, el Partido Democrático Constitucional (PDC) de Yoshihiko Noda, consiguió superar las expectativas que todas las encuestas pronosticaban después de apostar por una estrategia electoral de ataque constante a Ishiba, recientemente nombrado líder conservador. Noda, que ha acusado al flamante primer ministro de utilizar estas elecciones para desviar la atención del escándalo de fondos públicos no declarados que ha salpicado al PLD, ha incrementado más de un 50% su representación parlamentaria pasando de los 98 a 148 escaños.

Tras el revés electoral sufrido por la coalición gobernante en Japón, Ishiba confirmó que mantendrá sus actuales cargos como jefe de Gobierno y como presidente del PLD. «Ciertamente ese es el caso», afirmó cuando fue preguntado sobre su continuidad, poniendo de manifiesto su determinación de liderar el partido en este periodo turbulento. Ishiba venció hace pocas semanas en las primarias de su formación y centró su campaña de cara a estas elecciones generales en el lema de “Respetar las reglas”, promoviendo principios de honestidad y transparencia, un mensaje que parece no haber convencido a sus votantes.

LOS OBSERVADORES POLÍTICOS VATICINAN QUE EL PLD INICIARÁ UNA REESTRUCTURACIÓN,

en el que se contemplan posibles alianzas con partidos de la oposición; en particular, se especula sobre una eventual colaboración con el Partido Democrático Popular (PDP). Ante estas especulaciones, el primer ministro en funciones se mostró abierto pero cauto. «Existen varias formas de colaborar, ya sea a través de una coalición o mediante una cooperación sin coalición», declaró, evitando entrar en detalles específicos.

Por su parte, el PDP, que también ha cosechado un importante avance al cuadruplicar su representación parlamentaria pasando de siete a 28 diputados, se muestra abierto al diálogo con todas las fuerzas polítocas. El líder de la formación, Yuichiro Tamaki, se mostró dispuesto a escuchar propuestas de colaboración y afirmó que «cooperaremos con otros partidos, independientemente de si están en el Gobierno o en la oposición”. Noda se mostró abierto a la colaboración con otras formaciones opositoras, dejando la puerta abierta a posibles alianzas: «Si hay puntos de acuerdo, pueden surgir diversas formas de cooperación».

Una de las formaciones históricas, el Partido Comunista de Japón (PCJ), perdió dos de su decena de representantes y supone una de las mayores decepciones de las últimas décadas para el partido. El hecho de que el PDC no haya formado alianzas con los comunistas en los distritos uninominales ha beneficiado a la formación centrista que, con este desmarque, ha logrado atraer a muchos votantes decepcionados con los conservadores. Más preocupante aún es que el PCJ quedara por detrás de su rival en la izquierda, la formación Reiwa Shinsengumi, en el número total de escaños obtenidos, lo que podría augurar tiempos difíciles para el partido político más antiguo de Japón.

Si no se llegara a un acuerdo con el PDP, el último cartucho que permitiría a Ishiba aferrarse al poder a la desesperada sería reincorporar a un puñado de parlamentarios que decidieron no apoyarlo por su implicación en el escándalo de los pagos no declarados y que concurrieron como independientes a estos comicios. No obstante, esta estrategia conllevaría un alto costo en términos de imagen pública para el líder de los conservadores, ya que contradiría la «limpieza» que Ishiba ha prometido llevar a cabo en el partido.