«Hay trabajo para muchos meses, es impresionante»
Bomberos vascos se encuentran trabajando en las zonas afectadas por la DANA que arrasó València. Todos ellos han acudido durante su tiempo de descanso porque sentían la necesidad de ayudar. A pesar de los años que suman de experiencia profesional, ninguno de ellos se había enfrentado a nada de tal magnitud anteriormente.

«Pues si no hay café da igual, un trago de leche y a funcionar», dice sonriendo Josu, bombero de Areatza. Ha parado de su trabajo un momento para tomar un café en un local ya limpio de barro, donde Mónica vecina de la calle 8 de marzo en Alfafar, ha organizado un lugar de emergencia para avituallar a los voluntarios y vecinos. Macarrones con tomate ya preparado en tuppers, café, agua y mascarillas son repartidos a quien las pida, sin preguntar, sea quien sea el que acude.
Frente al local, una pila de coches enfangados de más de tres metros de altura esperan a que alguien los retire. «Los tres primeros días estuvimos solos, abandonados. Sólo los vecinos quitando el barro. Después comenzaron a venir un montón de jóvenes, con muchas ganas. Y ahora los bomberos desde el norte. Estamos muy agradecidos», afirma Mónica emocionada.
«ES SUPERAPOCALÍPTICO»
Josu y Mikel, bomberos de Ondarroa, vuelven tras reponer fuerzas al garaje comunitario donde se encuentran trabajando toda la mañana, que era usado por varios bloques de viviendas de cuatro pisos de altura. Han acudido como el resto de sus compañeros, en sus días de descanso. «Como todos, a echar una mano. No habíamos visto nada parecido nunca, de esta magnitud. Es impresionante. Las fotos que ves por internet no tienen nada que ver con lo que realmente es», afirman. «Es superapocalíptico, abarca una exten- sión gigante».
Junto al asombro, asoma la tristeza: «A mí me duele que tengamos problemas para venir a ayudar. El miércoles, un día después de la DANA, el primer grupo estaba preparado para salir. Desde el Gobierno Vasco nos dijeron que dependían de la respuesta de la Generalitat Valenciana. Y, mientras tanto, la gente aquí comiendo mierda».
Alfafar es otro de los más de sesenta pueblos afectados en la provincia de Valencia. Al igual que en las localidades cercanas, todos los bajos y los garajes han quedado anegados e inundados, sin excepción. Centenares de coches se agolpan destrozados en lugares insospechados, junto a restos de productos de tiendas o basura arrastrada por la fuerza del agua. «Aquí estamos todos bien», dice Juan, padre de un vecino del bloque donde operan los bomberos vizcainos. «Pero mi hijo y todos los vecinos han perdido sus coches», apostilla. Mientras, un grupo de bomberos trabaja para sacar el primero de los coches de esa zona del garaje.
Para llegar desde Alfafar, donde opera el equipo de bomberos de Bizkaia, hasta donde están trabajando el equipo de bomberos venidos de Gipuzkoa hay que cruzar un polígono industrial, donde además de empresas, también se encuentran restaurantes de comida rápida y grandes tiendas comerciales y de ocio.
Este paseo puede ayudar a entender la magnitud de la tragedia y la ola de destrozo que provocó la DANA la semana pasada. Todos los locales de este extenso polígono han quedado afectados. En las puertas de los negocios se ven colchones, sillitas de bebés o panes de hamburguesas manchados de fango.
Por el camino, el sonido de helicópteros militares y policiales es constante, al igual que el paso de vehículos de la UME y de la Policía. Los bomberos guipuzcoanos se encuentran junto a la UME y bomberos de otras comunidades achicando agua de los garajes del centro comercial M4N. En la primera planta ya no hay agua, pero tienen que vaciar aún la de la segunda.
BAJAR EL NIVEL PARA QUE ENTREN LOS BUZOS
«Esto nos va a llevar varios días», afirma Igor, bombero del parque de Legazpi. «Lo que queremos es bajar el nivel de agua para que entren los buzos a rastrear. Ayer dieron unas cifras mas realistas de desaparecidos. Nosotros, lo que estamos haciendo ahora, es verificar bien que no hay nadie en el fango o bajo los coches», detalla su trabajo, duro en todos los sentidos.
Forenses y especialistas insisten en la necesidad de que los familiares de personas desaparecidas por la DANA acudan a las oficinas ante mortem de las Fuerzas de Seguridad para denunciar y dar los datos necesarios para una identificación, según indicó ayer el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV).
Igor lleva 18 años como bombero y nunca había visto nada igual. «Es impresionante, no hay palabras para describir esto. Tenemos otro equipo trabajando en Masanasa y aquello es una locura. En la zona hay garajes inundados, pero no hay donde sacar el agua. Puedes tirarte achicando agua un mes. No se donde se acabará nuestra labor. Trabajo hay, pero para muchos meses».

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