Comedia familiar agradable, pero con altibajos

Interesante, pero irregular película que se nos sumerge en los lazos familiares, las tensiones intergeneracionales y las cicatrices emocionales que marcan nuestras vidas. Basada en la aclamada obra de teatro homónima de la propia directora, la película da el salto de las tablas al cine con una propuesta que logra capturar la calidez y el caos que definen a una familia disfuncional. Aborda, en clave de comedia familiar, la historia de una mujer y la relación particular que tiene con cada una de sus cuatro hijas.
En la primera mitad predomina la comedia, que funciona a ratos, mientras que en la parte final se inclina más hacia el drama; sin embargo, en todo momento se intentan fusionar ambos géneros.
A medida que avanza el metraje tiene algunas dificultades de ritmo y hace ademán de repetirse ocasionalmente. Cae en ciertos tópicos y lugares comunes del drama familiar, pero es una propuesta que se ve con agrado.
Las actrices son la columna vertebral de esta película, que no se enfoca en giros dramáticos inesperados, sino en lo cotidiano, en los detalles que componen el día a día de esta familia; en ese sentido, hay pocas sorpresas en el trancurso de la narración.
Los personajes se enfrentarán al dilema de renunciar a sus sueños o esforzarse por hacerlos realidad. La directora logra capturar los matices emocionales de los personajes a través de diálogos y situaciones cotidianas que resultan identificables para el espectador. Esta familia nos permite ver su vida de manera tan cotidiana que parece como si estuviéramos dentro, pero algunas situaciones resultan demasiado teatrales y con diálogos excesivamente elaborados.
Una ópera prima interesante, que deja buenas sensaciones y tiene grandes actrices y actuaciones, pero con una puesta en escena demasiado simple, que no enriquece demasiado el conjunto de la obra.

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