¿A dónde quiere ir de verdad este Gobierno con sus nuevas formas?
El nuevo Gobierno de Imanol Pradales ha roto con las formas de su antecesor, pero surgen las dudas sobre si más allá de eso tiene claro a dónde quiere ir. Cambiar una cierta rigidez anterior por presentaciones en mangas de camisa no es suficiente y la negociación presupuestaria ha desconcertado a los grupos de la oposición, en lo que parece un improvisado salto de guion de las cifras a las letras.

El lehendakari Imanol Pradales ha invitado a Fermín Muguruza a Lehendakaritza para «tener una conversación sincera y honesta» sobre «convivencia y de memoria», después de haber apoyado a su consejera de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José, que anunció la censura previa de los repertorios que pueden interpretarse en una cárcel. Sin entrar al fondo sobre ese “Sarri, Sarri” que Patxi López y Eneko Andueza reconocen haber bailado, el caso sirve para ejemplificar una de las características de este Gobierno de Imanol Pradales. Por un lado, hay un cambio formal -nadie imagina a Iñigo Urkullu invitando a Fermín Muguruza- pero, al mismo tiempo, hay una marcha atrás en cuestiones que se consideraban ya superadas, como la exigencia de visado oficial de un repertorio.
Y es que este Ejecutivo, al que le está costando asentarse en Lakua, está a gusto en las formas para disimular la falta de un fondo consistente.
A los no muy cafeteros de la política se les habrá olvidado ya que a la vuelta de las vacaciones de agosto, el 29, en el Palacio Miramar de Donostia, el lehendakari presentó un “Pacto para el ejercicio ejemplar de la política en Euskadi”, que anunció que sería remitido al Parlamento para su debate y acuerdo, ya que, en palabras de Imanol Pradales, «el objetivo es que todos y todas lo hagan suyo». Y no es extraño que pocos lo recuerden, porque poco más se ha sabido del tema.
El pasado 13 de noviembre, el lehendakari se rodeó solo de cargos del PNV de su Gobierno, las diputaciones y Eudel (solo se invitó a la presidenta), para escenificar el inicio de un trabajo por la eficacia y desburocratización del funcionamiento institucional. Era algo que semanas antes le había propuesto EH Bildu, pero no consta que se haya abordado realizar auditorías como la que detectó varias fallas en la Diputación de Araba y que Pello Otxandiano proponía extender a otras administraciones. Eso sí, el lehendakari hizo un acto público en mangas de camisa, aunque con corbata, y proyecciones en pantalla, antes de sacar a la prensa de la sala porque «ahora vamos a trabajar». No ha habido nuevas concreciones por el momento.
AHORA ESTAMOS INMERSOS EN LA NEGOCIACIÓN -POR LLAMARLO DE ALGUNA MANERA- DE LOS PRESUPUESTOS,
que también se publicitaron con fórmulas novedosas, en mangas de camisa -esta vez sin corbata- y con el hashtag #Euskadiberria. Pero en el análisis de las cuentas no se ve dónde está el salto cualitativo que se prometió, salvo que se tenga por tal el reorganizar en dieciséis departamentos las mismas partidas que antes se repartían en trece.
Tampoco está nada claro qué final busca el Gobierno. PNV y PSE alardean al mismo tiempo de la suficiencia de su mayoría absoluta y de una supuesta voluntad de ampliar acuerdos porque «es bueno para Euskadi». No empezó las citas con los grupos hasta el 11 de noviembre, con solo 18 días para negociar. Se quejó luego de la falta de concreciones en las propuestas recibidas, y después ha devuelto a los partidos un documento sin cifras y con muchas letras, porque según Noël d’Anjou «las propuestas entregadas por el Gobierno Vasco entienden este proceso como algo que requiere de otro tipo de enfoque, que trasciende a las cuantías concretas». Les dio entre 51 y 53 iniciativas a cada uno y 48 horas para responder.
Hay al menos dos grupos que en ese documento han visto más una propuesta de adhesión a un pacto de legislatura que el intento de un acuerdo presupuestario «ordinario», como Lakua había exigido hace apenas unos días.
La sospecha es que no quieren acordar con nadie y que el Gobierno hubiera querido bajar la persiana el viernes. Pero de momento el consejero Noël d’Anjou dice que él busca puntos de acuerdo, sin atender a si es con la derecha o la izquierda, mientras su socio Eneko Andueza asegura que PP y progresismo son antagónicos. Queda la duda de si los dos partidos se hablan.
La portavoz parlamentaria de EH Bildu Nerea Kortajarena, curtida en negociaciones con los equipos anteriores de Hacienda, se mostró el viernes «desconcertada» por las raras nuevas formas y dio a entender que por la falta de fondo.
Crece la impresión de haber un corte más que generacional entre este Gobierno y el anterior, de que no se sabe si ha habido entrega de testigo en el relevo y, lo que es peor, si tienen claro cuál es la pista por la que quieren correr.

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