Euskal Herria volvió a levantarse ayer en contra de la violencia sexista con movilizaciones en todas las capitales y territorios con motivo del 25 de noviembre. El llamamiento más importante, el que reunió a decenas de miles de personas, lo realizó el movimiento feminista apelando directamente a la responsabilidad de los hombres, instituciones y medios de comunicación en la perpetuación de la violencia heteropatriarcal y sistémica.

«Si no sois parte de la solución, sois parte del problema», clamaron desde el Boulevard de Donostia, la Plaza del Sagrado Corazón de Bilbo, la de San Antón en Gasteiz, la Plaza del Castillo de Iruñea y frente a la Herriko Etxea de Baiona.

«En nuestro día a día tenemos totalmente normalizadas las agresiones, las violaciones, el miedo, los asesinatos. Este sistema heteropatriarcal capitalista, colonial y capacitista adopta nuevas formas de violencia para seguir sobreviviendo», afirmaron las portavoces del Movimiento Feminista de Euskal Herria en el discurso que puso fin a la movilización.

Cuestionaron a los hombres que no agreden, pero se ponen de perfil ante una agresión, a aquellos que cuestionan la veracidad de una denuncia -o que incluso la justifican- y a todos los que «culpabilizan».

Del mismo modo, señalaron que los medios «son parte del problema» cuando colaboran en que la violencia se reproduzca, cuando realizan tratamientos morbosos de cada ataque o los aprovechan para construir «relatos de terror sexual», o siempre que dan voz a discursos que cargan la culpa sobre la propia agredida.

Las instituciones también son parte del problema -señalaron- cada vez que no invierten lo suficiente en la erradicación de la violencia contra la mujer, siempre que no desarrollan su propia legislación, y todas las veces que se movilizan únicamente para colgarse una medalla.

En declaraciones a los medios antes del arranque en Gasteiz, Iris Murillo, del Movimiento Feminista añadió a esto que las instituciones «tienen la responsabilidad de promover una educación feminista, que es la base de las vidas sin violencia».

En el mensaje final también recordó a las cinco nuevas víctimas mortales que ha dejado en Euskal Herria la violencia machista a lo largo del 2024.

Los feminicidios tuvieron lugar en Donibane Lohizune, Urruña, Santutxu, Iruñea y Panamá (allí falleció Eneritz Argintxona, vecina de Erandio).

DISCURSO INSTITUCIONAL

La conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer también monopolizó la agenda política de instituciones y agentes políticos y sociales desde la mañana.

Los Gobiernos de la CAV y Nafarroa trabajaron la misma idea: la necesidad de dar credibilidad a las denuncias y reivindicaciones frente al auge de las corrientes negacionistas. «Negar la violencia machista es otro modo de respaldarla. Hoy alzamos nuestra voz para negar todos los modos de violencia contra las mujeres», proclamó el lehendakari Imanol Pradales.

El parlamento de Gasteiz, asimismo, denunció que la violencia contra la mujer es un problema estructural, del que las 6.513 denuncias registradas en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia constituyen tan solo «la punta del iceberg».

Ante un gran panel con el símbolo de repulsa a la violencia machista, una mano de color morado con el lema ‘‘No a la violencia contra las mujeres’’, la lehendakari María Chivite en castellano y Unai Hualde en euskara leyeron una declaración en la que se subraya el «compromiso para poner fin a las desigualdades de género y para alcanzar una sociedad libre de violencias contras las mujeres y niñas».

En ese manifiesto, del que se desmarcaron los dos parlamentarios de Vox, plantearon el «peligro real» que suponen relatos «interesados» de las ideologías extremistas y partidos políticos reaccionarios, que niegan la existencia de desigualdades y se fundamentan en la desinformación y los bulos y se expanden a través del ámbito digital con la juventud como público objetivo.

MENSAJES DE AYUNTAMIENTOS

Bajo este mensaje coincidente de realzar el problema que supone el discurso neomachista, ayer se difundieron otros, como el acordado por 154 municipios de Nafarroa, centrado en la violencia vicaria, que usa a una víctima inocente para infligir dolor.

Estos consistorios reivindicaron «un mundo libre de violencias, en el que las mujeres, niños y niñas puedan vivir sin miedo y con la plena garantía de sus derechos».

Bilbo mostró su repulsa a la violencia machista con una nueva edición de la Lectura Participativa, que tuvo lugar en Azkuna Zentroa.

En Donostia, el Ayuntamiento alertó de la «creciente corriente neomachista», al tiempo que puso el foco en «los discursos negacionistas de la violencia machista contra las mujeres, que nacen alentados por un contexto europeo y mundial de avance de la ultraderecha».

En el plano laboral, los sindicatos señalaron la ausencia de controles en empresas para la denuncia de la violencia contra la mujer a manos de compañeros o de sus jefes.