«Cada vez hay que estar más preparada y ser más exigente para llegar a la elite»
Llegó a Zubieta en verano como segunda entrenadora de José Luis Sánchez Vera. Tras haber vestido durante más de dos décadas las camisetas de Lagunak, Espanyol y Athletic, donde colgó las botas hace dos años, nadie mejor que Erika Vázquez (Iruñea, 1983) para hablar sobre el hoy, el ayer y el mañana de este deporte.

Erika Vázquez llega a la cita con GARA justo después de visitar el edificio Izan, que el equipo femenino de la Real inauguará casi al mismo tiempo que el nuevo año. Una buena muestra del «salto» que querían dar la exfutbolista navarra y el técnico José Luis Sánchez Vera tras salir de «un gran club como el Levante. Queríamos dar un salto más a nivel de club, de instalaciones... Estamos muy contentos, también con la gente, y yo además vuelvo a casa».
Después de tantos años de rivalidad deportiva no sé si se lo tuvo que pensar dos veces.
No. Veíamos que la Real tenía ganas de apostar. Nos gusta la exigencia y sentirnos realizados como profesionales y la Real nos ofrecía eso. El proyecto, las infraestructuras… Porque ésa es la parte por la que va a crecer el fútbol femenino, que seas profesional, que lo sientas en tu día a día, que no dependas de que hay que compartir gimnasio, campo...
Llega a la Real, jugó en Lagunak y Athletic y ha pasado por Espanyol y Levante, así que conoce el fútbol de aquí y de allá. ¿Pero son diferentes? ¿A qué nos referimos cuando hablamos del «fútbol vasco»?
Siempre ha tenido una tradición más potente. Hemos tenido muchos equipos y equipos campeones. También la afición ha respondido siempre muy bien, y pensando en las futbolistas, igual sí destacaría la raza, la rasmia… Otras compañeras ven nuestro fútbol más vertical, no tanto de toque, más intensas. No solo eso, claro, también ha habido siempre jugadoras de calidad.
¿Esas diferencias se mantienen? Será cosa de la globalización pero me da la sensación de que tendemos a la homogeneización general.
Hablaría de la profesionalización. Antes era más fácil debutar, subir al primer equipo… Ahora tienes un sueldo y unas condiciones mínimas aseguradas, y los clubes, con un mercado tan amplio, quieren a las mejores así que tienes que estar muy preparada. El cambio ha sido brutal a nivel físico, psicológico, técnico, hay más profesionales alrededor, más medios… Hay que estar muy preparada y sobre todo ser muy autoexigente. Mira el Barcelona, no es solo que sean las mejores jugadoras, es que parece que han hecho un casting para elegir a las más competitivas del mundo, se autoexigen, trabajan, compiten… Cada vez es más difícil llegar y sobre todo mantenerse.
Pero eso es igual siendo de Hernani o de Coslada.
Quiero decir que nosotras competíamos muy bien y éramos muy currelas y eso nos daba mucho. Pero hoy hacen falta más cosas. Sí es verdad que un club con cantera prepara a las chicas desde niñas, invierte mucho tiempo, dinero, recursos, para que el día de mañana lleguen al primer equipo. Y cuando lleguen te van a dar la calidad que tienen, todo lo que han aprendido y ese plus de identidad, de sentimiento de pertenencia…
¿No está cambiando también eso? ¿La profesionalización no ha traído cierta frialdad?
Es posible. Un equipo que quiere competir tiene que invertir y ofrecer mucho para tener jugadoras de nivel. Y la jugadora tiene que responder siendo muy exigente consigo misma y al mismo tiempo su aspiración también es estar en el mejor proyecto posible.
La presión también aumenta.
Y a veces les sobrepasa. Me da mucha pena cuando yo, que he disfrutado mucho, veo que hay gente a la que le supera y no disfruta. Hay que aprender porque a fútbol se juega con responsabilidad y exigencia pero con alegría, no puedes jugar sufriendo ni con miedo. Hay que saber que te equivocarás y que lo que tienes que hacer es seguir intentándolo.
Habiendo sido futbolista, parte de su trabajo pasará por ayudarles en ese plano.
Hay muchas situaciones que has vivido y puedes entender y tienes que intentar ayudarles. Desde la exigencia pero intentando dar a cada una lo que necesita. La experiencia ayuda a acercarte y comprender.
Si llegar a ser un gran entrenador es posible sin haber sido un jugador de élite es un debate recurrente.
Has sentido cosas que te ayudan a ponerte en su lugar y es una ventaja. Para la comunicación, conectar y convencer, no hace falta. Y en la pizarra tampoco, todos hemos pasado por los cursos de entrenador.
¿Ha tenido buenos maestros en sus equipos?
Aprendes de todos. También hay cosas que no te gustan y dices esto yo no lo voy a hacer. Pero he tenido la suerte de coincidir con grandes entrendores y compañeras, gente que me ha aportado mucho.
Han sido más entrenadores que entrenadoras. Y no parece que la situación mejore.
Es algo que va a avanzar porque cada vez hacen los cursos más mujeres. Luego están las oportunidades. Yo por ejemplo veo que Natalia [Arroyo] hizo un gran trabajo aquí y… En el masculino no pasa, sale el Cholo del Atlético y tiene otro banquillo. Y si se va el técnico, traes otro. Pero aquí pones al del cadete o al que estaba en la escuela, que sale más barato. Y por lo menos en Liga F hay que darle ya mucha más importancia a quién se pone. Hay tías muy preparadas pero si no les das la oportunidad y unas condiciones mínimas...
Qué decir de un banquillo masculino. ¿Tan diferente es?
No, es fútbol. Obviamente hay diferencias físicas y quizá la manera de gestionar puede ser diferente porque las mujeres somos más de convencer, no tanto de acatar órdenes, y los hombres más de ejecutar. Nos tienen que llegar.
¿Esas diferencias se deben exclusivamente al sexo? En categorías inferiores también se perciben y quizá es porque el alevín ya se visualiza siendo Messi y la alevín no se visualiza siendo Bonmatí.
Tienes toda la razón. Un niño salta al campo y va a competir porque tiene esa imagen en la cabeza. Y también porque tradicionalmente ha habido másniños jugando a fútbol y por lo tanto más competencia. Con las niñas es desde hace muy poco, que se ponen la camiseta de Amaiur, Nerea, Lete, que se ven jugando en Anoeta, y eso les lleva a querer mejorar, competir... Muchas no hemos vivido eso y te lo encuentras cuando llegas a un club con 21 años pero ahora se compite desde etapas muy anteriores.
¿Esto no nos acerca demasiado al fútbol masculino? Siempre se ha presumido de que el fútbol femenino es diferente.
Hay cosas que deberíamos conservar, sobre todo la cercanía con la afición. Aunque hay equipos que empiezan a cambiar cosas porque ya tienen estadios con 25.000 u 8.000 aficionados y, además de la seguridad, ya no puedes firmar autógrafos a todos los que están. Hay cuestiones que no se van a poder mantener igual y diría que sí va hacia lo otro, para lo bueno y para lo malo.
Es difícil evitarlo porque hoy, en buena medida, es un apéndice del fútbol masculino. Casi todos los equipos de elite europeos son secciones de clubes profesionales masculinos. Está muy bien tener ese respaldo pero no ser el activo más importante de la empresa conlleva riesgos.
En nuestra Liga solo el Barça se puede sustentar solo. Ahora. Ahí está un poco el trabajo de la Liga F, la Federación…, que contribuyan a generar recursos para que los equipos sean autosuficientes. Ojalá llegue ese día, que no es fácil, y ahora mismo, viendo cifras de televisión, etcétera, no da.
Por eso sabes el esfuerzo que conlleva que un club, como están haciendo muchos, apueste por el fútbol femenino, que tenga en mente un proyecto para hacerlo crecer, que diga ya sé que es meter en un saco pero creo en ello. Al otro lado está el que lo tengo porque a nivel social me conviene pero lo tengo a medias, no cuido a las jugadoras como profesionales, no hay proyecto... Es mejor decir no puedo tenerlo y ya está, no pasa nada. Porque la futbolista va a poner su compromiso y a cambio no cobra millones pero quiere sentirse profesional, parte de un buen proyecto. Muchas veces cuando las chicas vamos a firmar contratos no es tanto o cuanto, sino que preguntamos ¿tengo un campo para entrenar? ¿mio, de hierba natural? Un tío no pregunta eso porque lo da por supuesto. Todo eso lo tiene que ofrecer un club que quiera un equipo profesional y si cuenta con eso, con la profesionalidad real y con la seriedad, es cuando va a crecer de verdad.
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