En Alemania se muestran satisfechos con los resultados electorales del domingo. Todos. Lo que parece una caricatura. Se muestran contentos porque pueden hacer un gobierno de coalición que deje fuera a AfD que es la segunda formación en número de votos, duplicando sus resultados anteriores, lo que no parece se pueda entender como algo satisfactorio. Además, los dibujos coloreados nos ofrecen una foto muy sugerente. En la mitad del este es mayoritario el partido neonazi que es el promocionado por Elon Musk. Se pueden hacer muchas conjeturas sobre geoestrategia política actual.

Parece irremediable que en todos los comicios que se van celebrando, el crecimiento de la ola reaccionaria crezca de una manera que produce cierta sensación de apocalipsis. Los jóvenes varones son los que más se acercan a estos movimientos autoritarios, machistas, xenófobos y todo ese larguísimo etcétera. Es una tendencia ascendente que no parece tener fin. Es un corrimiento del espectro político hacia la derecha más extrema que nos lleva a entrar en zona de duda profunda sobre nuestra manera de entender el mundo y nuestra propia existencia como seres que alguna vez cantaron con convicciones arraigadas canciones de amor y esperanza en la humanidad.

A pocos kilómetros se celebran reuniones multilaterales para tratar asuntos relacionados con el conflicto Rusia-Ucrania que cumple tres años de existencia y que está tan manseado en estos momentos. ¿Alguien recuerda cuál era la opción de extrema derecha en Ucrania? Pasemos página. Todo parece ser un gran complot contra el raciocinio.