Vuelvo a sufrir un brote de relatividad ejemplar y me ataca una duda asfixiante: ¿hay en el planeta Tierra más rotondas o nutricionistas? ¿Los nutricionistas nacen o se hacen? Deben existir varias sectas de nutricionistas o al menos que siguen consigas comerciales dispares. Lo más inquietante es que todos y todas tienen la sabiduría definitiva, el menú más incisivo para arreglar todos tus aparentes desaciertos, los productos más proteicos y la fórmula del desayuno más importante para que tu día sea un equilibrio total para ir hacia la luz.

Desde este punto de vista tan anabólico hay que mesurar la noticia del fallecimiento de Mario Vargas Llosa. Y no hacer comparaciones, por favor, que no se aguantan. Sí se puede hacer un tratado para encontrar teorías que expliquen los terrenos fronterizos entre el arista y la persona, sobre el escritor, lo que escribe y el político y lo que propone, porque a veces son pura contradicción, más en este caso que fue en su momento un guevarista de fuste convertido en neoliberal extremo en los últimos tiempos.

Y ya que estamos en los inicios de un final acomplejado, comparar la realidad y el discurso de Mazón, no soporta una mirada de reojo a Trump y su ombligo. O intentar colar a Unai Sordo como la alternativa consensuada para liderar el espacio a la izquierda del centro sanchista por su actitud conciliadora. O que Antonio Garamendi sea la propuesta económica de Feijóo porque tiene un magnífico sueldo. Y Borja Mari en cultura por estar matrimoniado con actriz relevante. No es fácil proponer comparaciones vegetativas.