La calles de Philadelphia
Estaba magullado y golpeado, no podía decir lo que sentía, estaba irreconocible a mí mismo, vi mi reflejo en una ventana, y no conocí mi propia cara. Oh hermano ¿Vas a dejarme desperdiciándome? En las calles de Filadelfia», canta Bruce Springsteen para el comienzo de la película “Philadelphia” de Jonathan Demme. En aquel momento, la cinta surgía de la discriminación que había sufrido un amigo del director enfermo de Sida. Hoy, en las calles de Philadelphia vagan en grupo, pero en extrema soledad, muchas personas afectadas por las drogodependencias que en la mayoría de los casos surgen de las múltiples violencias estructurales que sufren. En el barrio de Kensington, recurren a la xilacina o ‘tranq’, un sedante veterinario, que se mezcla con heroína o fentanilo. Su consumo causa necrosis y putrefacción del tejido cutáneo y sus efectos son prácticamente los que vaticinaba Springsteen en su canción. La serie protagonizada por Amanda Seyfried “El largo río de las almas”, retrata, con las formas del thriller, una de las situaciones sociopolíticas más complicadas y preocupantes de Estados Unidos (fruto de un sistema y una cultura neoliberal dominante y delirante, diría). A través de la implicación personal, la protagonista nos adentra en la dura vida de los habitantes del barrio, explorando la corrupción policial y el abandono institucional mediante una interpretación brillante a la que nos tiene acostumbradas Seyfried. Pocos ángeles se acercan a saludar a las almas en pena que transitan esas calles de Philadelphia.

El PP amenaza con el exterminio político a EH Bildu y sin tener turno de palabra

El exalcalde de Hondarribia fichó por una empresa ligada a Zaldunborda

«Tienen más poder algunos mandos de la Ertzaintza que el propio Departamento»

Etxebarriazarragak jantzi du Bizkaiko txapela
