El PKK anuncia su disolución y llama a la sociedad kurda a organizarse
El PKK anunció el fin de 40 años de lucha armada y su disolución, siguiendo el llamamiento de su líder, Abdullah Öcalan, al afirmar que «la misión histórica se ha completado» y la cuestión kurda «puede resolverse a través de la política democrática». El PKK juzga «de vital importancia que el pueblo establezca sus propias organizaciones para ser autosuficiente y para la autodefensa».

La guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) anunció su disolución y el fin de la lucha armada que inició hace más de 40 años respondiendo así al llamamiento que hizo a finales de febrero desde la cárcel el fundador y líder de la organización, Abdullah Öcalan, en un mensaje leído por miembros de la formación progresista y prokurda Partido Popular por la Igualdad y la Democracia (DEM) que se reunieron con él en la isla-prisión de Imrali, donde cumple cadena perpetua desde 1999.
El proceso había empezado a salir a la luz en octubre del pasado año y no precisamente desde el movimiento kurdo, sino por boca del diputado Devlet Bahçeli, líder del partido ultraderechista MHP y aliado del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, cuando propuso que Öcalan acudiera en persona al Parlamento para proclamar la disolución del PKK.
A la vez, el Gobierno turco hacía un gesto permitiendo, por primera vez en años, una visita al líder kurdo -primero familiar y luego política-.
El anuncio de ayer confirma la decisión de «disolver la estructura organizativa» y poner fin a la lucha armada, en el marco del proceso práctico que será gestionado y encabezado por nuestro líder “Apo” -apodo de Öcalan-». El comunicado explica que la decisión deriva de la estimación de que «la lucha del PKK ha roto la política de negación y aniquilación contra nuestro pueblo, llevando el asunto kurdo a un punto en el que puede resolverse a través de la política democrática».
El PKK hace, además, un repaso histórico de las condiciones de su lucha, desde las políticas de «aniquilación, genocidas y de asimilación» que llevaron a la lucha armada. Indica que esta ha traído «una resurrección de la revolución» y convertido al PKK en símbolo de «esperanza, libertad y vida honorable para los pueblos de la región».
También recuerda las diferentes propuestas de paz de Öcalan, y su insistencia en resolver el problema kurdo a través de medios democráticos y pacíficos», impulsando «un paradigma democrático, ecológico y de liberación de las mujeres», procesos saboteados por Ankara. «El problema kurdo solo puede ser resuelto a través de la base de la patria común y la igualdad en la ciudadanía», zanja.
También menciona que «los actuales acontecimientos en Oriente Próximo, en el marco de una Tercera Guerra Mundial, hacen inevitable el reconocer las relaciones kurdo-turcas».
La organización kurda declara, asimismo, «una fe absoluta en que nuestro pueblo entenderá mejor que nadie la decisión de disolver el PKK y poner fin a la lucha armada y que acometerán los deberes de la lucha armada para construir una sociedad democrática».
En este contexto, juzga «de vital importancia que el pueblo establezca sus propias organizaciones en todos los sectores de la vida, bajo el liderazgo de las mujeres y los jóvenes». Por ello, llama a la población kurda a «organizarse para ser autosuficiente», para «la autodefensa frente a los ataques» y para «construir una sociedad comunal democrática».
«La decisión de nuestro congreso de disolver al PKK y poner fin a la lucha armada supone un firme pilar para una paz permanente y una solución permanente», defiende, y pide al Parlamento de Turquía que «juegue su papel, con una responsabilidad histórica», para impulsar este proceso, que pasa por la excarcelación de Abdullah Öcalan para que «encabece y dirija este proceso».
LIBERTAD DE ÖCALAN, PRESOS Y GUERRILLEROS
La nueva etapa arranca llena de incertidumbres. Aunque en el comunicado no se plantean condiciones, el movimiento kurdo insiste en la necesidad de garantías democráticas y en la libertad de acción de Öcalan. Queda, además, la cuestión de los miles de activistas, políticos, artistas, pensadores y periodistas encarcelados por la deriva represiva del Gobierno turco.
También queda por concretar el futuro de los miles de guerrilleros del PKK y una eventual entrega de armas.
Y todo ello deberá sortear los riesgos de los cálculos políticos de Erdogan, que pretende garantizarse una reelección para lo que podría buscar el apoyo del DEM con Öcalan como moneda de cambio, y los peligros del «Estado profundo» turco.
Principales extractos del comunicado de disolución del PKK
El proceso que se inició con la declaración de nuestro líder Abdullah Öcalan el 27 de febrero (...) fue coronado con éxito en el XII Congreso de nuestro Partido, que se reunió del 5 al 7 de mayo.
Nuestro congreso se celebró en condiciones difíciles debido a los continuos enfrentamientos.
(...)
Por razones de seguridad, el evento se realizó simultáneamente en dos lugares diferentes.
El XII Congreso Extraordinario del PKK, que se celebró con la participación de un total de 232 delegados, discutió temas relacionados con la dirección, los mártires, los veteranos, la existencia organizativa del PKK, el método de lucha armada y la construcción de una sociedad democrática, y tomó decisiones históricas que marcan la entrada en una nueva era para nuestro movimiento de liberación.
El XII Congreso Extraordinario del PKK consideró que la lucha del PKK había roto la política de negación y aniquilación de nuestro pueblo y había llevado la cuestión kurda a un punto en el que podía resolverse a través de la política democrática y que, en este sentido, el PKK había cumplido su misión histórica.
Sobre esta base, el 12º Congreso del PKK decidió disolver la estructura organizativa del PKK y poner fin al método de lucha armada (...), poniendo así fin a las actividades realizadas bajo el nombre del PKK.
(...)
El PKK se formó en un contexto dominado por una negación estricta de la existencia de los kurdos, una política de aniquilación basada en esta negación y políticas de genocidio y asimilación. Con la lucha por la libertad que lideró a partir de 1978, pretendió que se reconociera la existencia kurda y convertir la cuestión kurda en una realidad fundamental en Turquía.
(...)
Los acontecimientos actuales en Oriente Medio en el contexto de la Tercera Guerra Mundial también hacen inevitable una reorganización de las relaciones entre kurdos y turcos. Nuestro honorable pueblo, que participó en la marcha del Líder y del PKK durante 52 años a costa de grandes sacrificios y resistió las políticas de negación y aniquilación, genocidio y asimilación, abrazará el proceso de paz por una sociedad democrática de manera consciente y organizada.
Estamos convencidos de que nuestro pueblo comprenderá mejor que nadie la decisión de disolver el PKK y poner fin al camino de la lucha armada y que asumirá sus deberes en este período de lucha democrática (...)
La decisión tomada por nuestro Congreso (...) proporciona una base sólida para una paz duradera y una solución democrática. La implementación de las decisiones en cuestión requiere que el Líder Apo (Abdullah Öcalan, nota del editor) lidere el proceso (...). En esta etapa, es importante que la Gran Asamblea Nacional Turca desempeñe su papel de manera responsable frente a la historia.
(...)
«Hacemos un llamamiento a las potencias internacionales para que reconozcan su responsabilidad por las políticas genocidas aplicadas contra nuestro pueblo durante un siglo, no obstruyan la solución democrática y contribuyan de forma constructiva al proceso».
Acogida al comienzo de «una nueva etapa»
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, saludó que el anuncio del PKK «representa una nueva etapa importante hacia la resolución pacífica de un conflicto de larga data». La UE estimó que «poner en marcha un proceso de paz creíble con vistas a una solución política de la cuestión kurda sería un paso positivo para lograr una solución pacífica y sostenible». Por su parte, el ministerio de Exteriores de Alemania, que cuenta con importantes comunidades kurdas y turcas, también aplaudió «una etapa importante para poner fin a la espiral de terror y violencia de hace decenios en Turquía y en la región» y pidió «una puesta en práctica completa y un proceso político para llegar a una solución viable».
El presidente de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí, Nechirvan Barzani, lo consideró «un paso decisivo que abre un nuevo capítulo en la región», y una medida que «demuestra madurez política y abre el camino para un diálogo que promueva la coexistencia y la estabilidad en Turquía» y en el resto de Oriente Medio. Asimismo, deseó que la deposición de las armas y la disolución del PKK sea «acompañada de otros pasos positivos y necesarios de todas las partes implicadas». El Gobierno sirio felicitó a Turquía y lo consideró «un paso importante» para Oriente Próximo «que incrementará la estabilidad en Turquía y en la región».GARA

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