Desembarco inglés a ritmo de cerveza y cánticos
Bilbo vivió ayer una jornada inusual en la que dos clubes históricos se disputaron la final de la Europa League en su sagrada Catedral. Ante cierta inquietud local, los hinchas del United se juntaron entre el Casco Viejo y el parque Etxebarria y los del Tottenham, entre Ametzola e Indautxu. No hubo grandes incidentes, aunque sí escenas de desmán.

Las y los bilbainos observaron ayer con inquietud el desembarco de seguidores de Tottenham y Manchester United. Amplias zonas del Botxo se transformaron en un parque temático en el que miles de aficionados deambulaban por las calles o copaban las terrazas de los establecimientos hosteleros del centro y Casco Viejo, con cierta presencia también en otros barrios.
A primera hora de la mañana, mientras el grueso de la tropa se acercaba a los diferentes puntos de interés, como las «fan zones» del Arenal, Ametzola y parque Etxebarria, otros muchos afrontaban su primera resaca en tierra vasca.
Con los bares aún tratando de reponer las existencias y camiones de reparto trabajando a destajo, los ingleses buscaban una terraza donde desayunar y, en muchos casos, seguir la fiesta a golpe de cerveza.
ORGULLO LOCAL
Se vieron muchas camisetas blancas y rojas (de ambos equipos ingleses), pero los seguidores zurigorris no dejaron las suyas en el armario y cientos la exhibieron orgullosos a pesar de haber caído en la semifinal. Además, muchas fachadas mostraron enseñas del Athletic o ikurriñas, dejando claro a los visitantes dónde estaban. También fue destacada la presencia de ikurriñas con el lema ‘‘Euskal Herriak erabaki’’, al igual que otras pancartas en las que se advertía de que no era bienvenido el enaltecimiento del sionismo. Algún que otro aficionado del Tonttenham exhibió banderas con la estrella de David e incluso increparon a algunas personas que estaban poniendo en la calle pancartas a favor de Palestina.
También hubo cierto descontento entre el vecindario, pues, además de cortar el acceso por el puente de Gordoniz a Errekalde, se cerró la estación de Renfe y Feve, lo que generó problemas a numerosas personas. Lo mismo sucedió con las estaciones de Renfe de Olabeaga, Autonomía o San Mamés, donde por la tarde se cerró también la parada del metro.
Para el mediodía no había terraza donde sentarse en la capital; bares y tabernas mantenían un ritmo frenético. En el campo gastronómico, primaron los pinchos regados con unos buenos cañones de cerveza. La visita a los restaurantes quedó reservada para los más pudientes.
Espacios como el muelle del Arenal estaban a rebosar, convirtiéndose en improvisado set de televisión, mientras muchas personas trataban de fotografiarse junto a un enorme trofeo de la Europa League. Frente al kiosko, un espectáculo de aizkolaris entretenía a los más curiosos a primera hora de la tarde.
HINCHAS DESATADOS
Más allá de ahí, los diablos rojos encontraron su refugio en el parque Etxebarria, donde una pantalla gigante mostraba imágenes de un pasado glorioso que pretenden reactivar. La cerveza y la música amenizaba el paso de las horas entre gritos de ‘‘Come on, Manchester'’.
Pero la Plaza Nueva también se convirtió en una «fan zone» improvisada para los mancunianos, que la tomaron al asalto y utilizaron los andamios del edificio de Euskaltzaindia para colocar sus banderas. Hubo algún hincha que llegó a subirse a la balconada del insigne edificio y se hizo viral la imagen de un hombre de la zona defendiendo su balcón con un bastón. Alrededor de las 16.30, la Ertzaintza acabó desalojando el andamio.
Por su parte, los londinenses coparon con sus camisetas blancas las inmediaciones de Ametzola a la espera de hacinarse, más tarde frente al estadio de San Mamés. Eso ocurrió a partir de las 17.30, cuando ambas aficiones emprendieron, en su mayoría a pie, el camino hacia el estadio. Durante el trayecto se produjo algún conato de pelea -hubo tres hinchas detenidos por incidentes aislados-, que terminó con la intervención de la Ertzaintza y sin pasar a mayores.
Muchos bilbainos tampoco quisieron perderse la fiesta y se apostaron en las aceras para ver el paso de las aficiones.
Los ingleses fueron accediendo al campo ante un gran operativo con barreras, custodiadas por personal de seguridad privada y apoyados por agentes de la Ertzaintza.
Bilbo, Manchester eta Tottenhameko zaleek hartuta
Ezohiko eguna izan zuen atzokoan Bilbok, Ingalaterrako bi klub historikok Europa Ligako finala jokatu baitzuten katedral sakratuan. Etxekoen nolabaiteko kezkaren aurrean, Manchester Unitedeko jarraitzaileak Alde Zaharraren eta Etxebarria Parkearen artean elkartu ziren, eta Tottenhamekoak, aldiz, Ametzola eta Indautxu artean. Ingelesek egunaz gozatu zuten garagardo eta kantu artean eta ez zen gorabehera gehiegirik izan. San Mameserako sarrera segurtasun-operatibo handi batek kontrolatu zuen.

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