La temporada acaba para el Eibar con derrota. Dolorosa pero solo lo justo porque los armeros apenas se jugaban el puestómetro, y casi sin margen, y porque la imagen que ofreció el equipo estuvo a la altura de esta recta final del curso, en la que, sin motivación clasificatoria, ha enlazado sus mejores resultados y disputado algunos de sus mejores partidos. Le vale para acabar en la zona templada de la clasificación y a once puntos del play-off pero sobre todo le sirve para afrontar el próximo curso con la ilusión de saberse capaz de hacer las cosas bien.

El proyecto no va a ser el mismo. Matheus, de hecho, lleva ya una semana en Brasil, donde ha firmado con el Fortaleza. Los cuatro cedidos regresan a sus equipos y parece complicado que Merquelanz y Chema vayan a renovar, al contrario de Arbilla, que ha prolongado su contrato por una temporada más. Con el capitán, si no hay ventas, son 18 futbolistas de la plantilla actual, más los tres que regresan de cesión, los que comenzarán la pretemporada a las órdenes de Beñat San José.

Un verano al que el técnico llegará avalado por los resultados. Era un melón sin abrir pero ha cumplido de sobra la misión que se le encomendó. 14 jornadas en el banquillo que cierra con seis victorias, siete empates y solo dos derrotas -ante el campeón Levante y el Mirandés, finalmente cuarto-. 25 puntos de 45 que, proyectados al total de la temporada, le habrían asegurado una plaza en el play-off de ascenso.

No pudo redondearlo con un cuarto triunfo consecutivo en el Ciutat de Valencia, donde al Levante le bastaba empatar para asegurar la primera plaza. Prefería celebrar su fiesta de otra manera y salió incisivo pero se encontró con Magunagoitia, que estuvo rápido para abortar los primeros escarceos locales y se lució despejando junto al larguero un cabezazo de Brugué.

El susto sacudió al Eibar, que hasta entonces no había podido estirarse y respondió con una acción parecida. Y con el mismo desenlace porque Pastor tiró de reflejos para despejar con el pie un cabezazo a bocajarro de Bautista. Ya con el descanso llamando a la puerta, el meta local estuvo fino ante Corpas y, en la última acción del primer tiempo, fue la cruceta la que repelió un chutazo espectacular de Iván Gil.

El Eibar empezó la segunda parte con más chispa pero no la suficiente como para que sus ocasiones fueran claras. Luego le tocó lamentarlo porque su rival fue sintiéndose mejor y generando más peligro conforme avanzó el tiempo. Entre Arambarri y Magunagoitia evitaron que marcara Espí y luego fue el portero el que volvió a brillar despejando una chilena de Dela.

La pena fue que en el consiguiente córner, hubo un agarrón descarado de Corpas a Forés. El árbitro no dudó y Dela no perdonó. De ahí al final solo hubo tiempo para que Magunagoitia evitara el segundo.