Gaizka IZAGIRRE
HERNANI
CÓMO ENTRENAR A TU DRAGÓN

Para quienes disfrutan de una copia bien hecha

He perdido la cuenta de cuántas veces he mencionado la palabra live-action desde que empezó el año. Y es que Hollywood parece decidido a revisitar cada uno de sus éxitos animados con actores de carne y hueso.

El remake en acción real de “Cómo entrenar a tu dragón” es una adaptación casi calcada de la película animada que llego a las pantallas de cine en 2010. Las escenas, los diálogos e incluso la puesta en escena siguen casi al pie de la letra el material original. Visualmente, el resultado es sólido: el diseño de producción recrea con esmero el mundo vikingo de Hipo y Desdentao. Técnicamente, no hay mucho que reprochar.

Pero claro, tanta fidelidad tiene su precio. Esta versión es tan parecida a la original que es prácticamente la misma película; la pregunta ‘‘¿para que la han hecho?’’ sobrevuela durante todo el visionado.

El apartado visual es sobresaliente, el guion es correcto y la historia y los personajes enganchan y funcionan. Hay pequeños detalles nuevos respecto a la original, pero todo está tan pulido y correcto que parece hecho para no molestar a nadie. Cuesta sacar muchas pegas más allá de alguna subtrama un tanto alargada, algún dialogo un poco forzado y varios momentos que no funcionan.

El único problema (y no es precisamente un detalle menor) es que esta película es otro miembro del club de remakes que nadie pidió pero que todo el mundo termina viendo «por si acaso». Una consecuencia más de esta era en la que Hollywood invierte en la nostalgia como si fuera una criptomoneda.

Si no han visto la cinta original probablemente disfruten más de esta nueva versión.