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Desfile militar de cumpleaños para Trump mientras millones protestan

Donald Trump cumplirá hoy uno de los sueños que perseguía desde años: la celebración de un enorme desfile militar en las calles de Washington y frente a la Casa Blanca. Mientras tanto, se han convocado casi dos mil actos por todo el país, bajo el lema «No hay reyes», para protestar contra el creciente autoritarismo del presidente.

El presidente de EEUU, Donald Trump, con su esposa, Melanie, en una recepción en la Casa Blanca.
El presidente de EEUU, Donald Trump, con su esposa, Melanie, en una recepción en la Casa Blanca. (Robyn BECK | AFP)

Estados Unidos volverá a mostrar su poderío militar hoy en el centro de la capital, 34 años después del último desfile de esta envergadura. En 1991, bajo la presidencia de George Bush (padre) una marcha de tanques, misiles y tropas celebró el fin de la primera Guerra del Golfo.

Esta vez el motivo oficial del desfile es el 250 aniversario de la creación del Ejército, que de alguna manera servirá también de pistoletazo de salida para los fastos con los que dentro de 13 meses, el 4 de julio de 2026, celebrarán los dos siglos y medio del país (en 1776 se inició la guerra de independencia contra el poder colonial británico). No es ningún secreto que, detrás del argumentario oficial está la explicación más sencilla: Trump cumple hoy 79 años. «Todos sabemos que (Trump) está obligando al Ejército a hacer una vulgar exhibición para celebrar su cumpleaños, tal y como lo han hecho en el pasado otros dictadores fallidos», denunció el gobernador demócrata de California.

Trump lleva años intentando organizar un desfile como este, desde que en julio de 2017 siguiera en París las celebraciones del día de la Bastilla junto a Emmanuel Macron. Pero en su primer mandato se encontró resistencias en el Pentágono y sus propios asesores de Defensa le indicaron que podría enviar un mensaje equivocado de culto al líder similar a Corea del Norte. Esta vez, la corte de aduladores de la que se ha rodeado no se ha atrevido a enfrentarse al líder, aunque son muchos los escépticos en las filas republicanas ante esta marcha militar. «Si fuera yo, no gastaría el dinero en eso», dijo el senador John Kennedy. «EEUU es el país más poderoso de la historia, somos un león. Y un león no necesita que le digan que es un león, todos en la jungla lo saben». La mayoría de los congresistas en Washington han vuelto a sus estados de origen y pocos presenciarán la parada.

En el desfile de hoy habrá siete mil soldados (con uniformes de distintas épocas), 50 helicópteros, un bombardero B-25 de la II Guerra Mundial, y 28 tanques Abrams, que marcharán sobre Constitution Avenue. Frente a la Casa Blanca se ha construido un palco desde el que Trump presidirá el acto. Los paracaidistas deberían aterrizar justo enfrente para entregar al presidente la bandera (hoy es también el día de la bandera en Estados Unidos). «Será un día impresionante», ha asegurado el presidente. Se estima que el coste de la celebración será de 45 millones de dólares; el Ejército se ha comprometido a reparar los daños que provoquen los tanques de 70 toneladas sobre el pavimento.

PROTESTAS CONTRA EL PRESIDENTE

El desfile llega cuando en la otra punta del país el Ejército también está en la calle, pero esta vez no para un desfile de celebración. El despliegue de la Guardia Nacional y 700 marines en Los Ángeles en contra de la opinión del gobernador demócrata de California ha tensado aún más la cuerda de la fractura política que vive el país. A última hora del jueves, Gavin Newsom anunciaba que la Guardia Nacional dejaría de apoyar a los agentes antiinmigración de ICE en sus redadas en California. Lo hacía tras el fallo provisional del juez Charles Breyer, que acababa de dictaminar que Trump no había seguido los procedimientos legales y se había excedido al desplegar la Guardia Nacional y ordenaba «que se devuelva el control de dicha Guardia de California al gobernador Newsom».

La Administración Trump apeló de inmediato, y la Corte de Apelaciones, por mayoría de dos jueces designados por Trump contra uno designado por Biden, no tardó en bloquear la orden del juez Breyer, hasta después de la audiencia convocada para este martes.

Antes de emitir el dictamen sobre Newsom v Trump, el juez Breyer había advertido a los abogados del gobierno que «la diferencia entre un gobierno constitucional y el rey Jorge es que un líder no puede sencillamente decir algo y hacer que se cumpla. Este país se fundó en respuesta a un monarca. La constitución es un documento de limitaciones».

Ese mismo argumento antimonárquico estará hoy presente en las casi dos mil convocatorias de protesta que se celebrarán por todo el país. El colectivo No Kings (traducible como «No hay reyes» o, también, como «No a los reyes») denuncia el creciente despotismo de Trump, que esta semana ha amenazado a los que se manifiesten contra él que se encontrarán «con una fuerza muy grande».

A pesar de la advertencia, se espera que decenas de miles de personas salgan a la calle en las distintas ciudades del país en la que podría ser la mayor manifestación contra Trump en este segundo mandato.