Trump exige ahora apagar un fuego que él mismo se encargó de avivar
Dos días después de ordenar el lanzamiento de bombas de 13 toneladas contra Irán, Trump anunciaba un alto el fuego antes de irse a la cama. Y se despertaba con la tregua pendiendo de un hilo. Israel se muerde las uñas al constatar los límites de sus ataques y sectores en Irán cantan victoria. La credibilidad del magnate, en el aire.

El presidente estadounidense, Donald Trump, se acostó tras anunciar un alto el fuego escalonado entre Israel e Irán y se despertó con el trueno de las explosiones en un nuevo ataque israelí en el norte de Teherán y en varias ciudades de la provincia norteña de Mazandaran, al borde del Mar Caspio.
A primera hora del día, tres horas después de que, según el calendario marcado por el inquilino de la Casa Blanca, entrara en vigor a las 6 de la mañana el cese de hostilidades para Teherán, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, daba nstrucciones al Ejército para lanzar «poderosos ataques contra objetivos del régimen en el corazón de Teherán» tras denunciar que Irán había violado con un ataque con misiles en el norte del país el alto el fuego.
Era espoleado por los sectores colonos y ultrasionistas para dar por muerta la iniciativa de Trump. «Irán temblará», escribió el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich. El en su día aliado y hoy opositor Avigdor Liberman, que había rechazado un alto el fuego sin un acuerdo «claro e inequívoco», reiteró que Israel no debe tolerar el último ataque iraní y «responder de inmediato».
Tras soñar meciéndose en las sábanas con el premio Nobel de la Paz, que su círculo m´ss cercano y países tan referenciales en este tema como Pakistán, el «pacificador» presidente estadounidense se dio de bruces con la realidad. Instó a la calma al Gobierno Netanyahu y le urgió a que diera marcha atrás en su última amenaza: «Israel, no lances esas bombas. Si lo haces es una gran violación ¡Haz regresar a tus pilotos ahora!», amenazó en su red social Truth.
En una conversación telefónica, Netanyahu le respondió asegurando que los pilotos volvían tras un ataque «simbólico» y que Israel no volvería a atacar a Irán, tras lo que Trump reivindicó la vigencia del alto el fuego.
Los medios iraníes aseguraron que este último ataque israelí se saldó con la muerte del comandante de las fuerzas paramilitares Bassidj, y de 17 miembros de la Guardia Revolucionaria.
Cuando subía las escalinatas al Air Force One de camino a la cumbre de la OTAN en La Haya, Trump extendió las críticas a ambas potencias regionales: «Tenemos a dos paises que llevan tanto tiempo atacándose que ya no saben qué carajo están haciendo», señaló, adoptando una posición salomónica cuando 48 horas antes ordenaba un ataque a Irán, por primera vez en 46 años de «contención» estadounidense con Teherán.
ADVERTENCIA DE ISRAEL
El Gobierno ultrasionista había advertido que seguíría vigilante y reaccionaría «con fuerza ante toda violación» de una propuesta de tregua que Tel Aviv aseguró aceptar tras dar por «alcanzados todos los objetivos» de la ofensiva iniciada el 13 de junio contra la República Islámica. Israel «ha eliminado una doble amenaza existencial inmediata: nuclear y balística», se vanaglorió el Ejecutivo de Netanyahu, que agradeció a Trump y a EEUU por su implicación directa.
Los medios israelíes no reportaron víctimas ni daños del presunto ataque mañanero iraní y aseguraron que los misiles fueron interceptados, por lo que la respuesta parecía tener que ver más con el hecho de que el ataque, de ser cierto, desmentiría que Israel haya acabado con la «amenaza balística» (tampoco está claro que haya hecho lo propio con la «amenaza nuclear»).
Irán, concretamente el Estado Mayor del Ejército, desmintió ese ataque. Desafiante, el Consejo de Seguridad Nacional de Irán declaró su «victoria» por haber «obligado» a Israel a «poner fin unilateralmente» a la guerra.
RESERVAS O DISENSIONES
Tanto este desmentido como el tono triunfal de Teherán abona dos hipótesis: o el Estado sionista mintió intentando reventar una tregua que ve prematura, o hay sectores en el seno del Irán de los ayatollahs que han decidido mantener el desafío a Israel tras el descabezamiento de su cúpula militar, incluida la todopoderosa Guardia Revolucionaria, que anunció que Irán ha dado «toda una lección» a Israel.
El ministro de Exteriores iraní, Abbas Araqchi, había respondido en la madrugada de ayer al anuncio de Trump afirmando que no había «ningún acuerdo» con EEUU, pero aseguró que Teherán no tenía «intención» de continuar sus ataques si Israel «detiene» su agresión. El presidente iraní, Massoud Pezeshkian, reiteró a última hora que Teherán respetará el alto el fuego con Israel, siempre que éste también respete sus términos: «Si el régimen sionista no viola el alto el fuego, Irán no lo hará».
Tanto Israel como Irán habían apurado hasta el último momento intercambiando ataques recíprocos en la noche del lunes -en Irán, 9 muertos en la provincia de Gilan (norte), entre ellos un cientifico nuclear y su familia; en Israel 4 muertos, entre ellos un soldado, en Beersheva.
Trump se fue a la cama con un calendario y un desiderátum. A las 00.00 horas del martes, hora de Washington, arrancaban sendos plazos de 12 horas para que Irán e Israel, secunden el alto el fuego y para convertir, 24 horas después, el choque entre las dos potencias nucleares, en la «Guerra de los 12 días».
Trump se olvidaba de que ni él, ni hoy EEUU, marcan los tiempos. Y de que ha sido él quien, por pasiva, por derivada y por activa, se ha implicado totalmente no ya en la agresión a Irán sino en los planes de Israel de redibujar Oriente Medio.
Un «pacificador» incendiario que se presenta ahora como bombero.
Irán reanuda su programa nuclear
La Agencia para la Energía Atómica iraní anunció que está lista para reanudar el enriquecimiento de uranio en el marco de su programa nuclear. «El programa nuclear de Irán se reanudará sin interrupción y nuestro programa no se detendrá» anunció.
Irán declaró que se enfrenta a un importante esfuerzo de reconstrucción. «Hemos sido testigos de ataques contra zonas residenciales, así como contra centros científicos, institutos de investigación, centros de salud y civiles (...), por lo que nos enfrentamos a una importante tarea de reconstrucción», declaró la portavoz del Gobierno, Fatemeh Mohajerani, a la televisión estatal..
Añadió que «con la decencia, la paciencia y la solidaridad del pueblo se superaron estos días difíciles» y en alusión a los muertos durante estos 12 días de guerra, aseguró que «la victoria les pertenece a ellos».GARA
China traslada su total apoyo a Teherán
El Ministro de Exteriores de China, Wang Yi, trasladó por teléfono a su homólogo iraní, el apoyo de Pekín a «la seguridad y soberanía nacional» de Irán.
Trump alardeó de que, tras haber «conseguido la paz en Oriente Medio», China puede volver a comprar petróleo iraní, un mes después de amenazar con sanciones a quienes comerciaran con Teherán.
Rusia mostró su esperanza de que que el alto fuego sea firme y reiteró su apoyo a Irán y su compromiso para reforzar sus relaciones bilaterales.
El secretario general de la ONU, António Guterres, aplaudió el alto el fuego e instó a Israel e Irán a «respetarlo por completo». «Las poblaciones de los dos países ya han sufrido demasiado», añadió.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, instó a Irán a que participe «seriamente en un proceso diplomático creíble». GARA

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