Txomin Olabarri Legarreta, director durante los últimos quince años de Bizkaia Arena, fue elegido ayer director de la Alhóndiga de Bilbo por el Consejo de Administración presidido por el concejal de Cultura bilbaino Gonzalo Olabarria. Se cerró así un proceso de selección que, en abril pasado, ya provocó las críticas hacia el equipo de Gobierno de PNV y PSE desde el grupo municipal de EH Bildu en el Ayuntamiento bilbaino, debido a que el perfil que se pedía se centraba en la «gestión del propio espacio y no a la dinamización cultural del mismo»; es decir, que al nuevo director no se le exigía que acreditase experiencia en el ámbito cultural y artístico o, incluso, que presentara un proyecto artístico.

El Consejo de Administración del Centro de Sociedad y Cultura Contemporánea Alhóndiga, al informar ayer de la designación de Olabarri, remarcó, por contra, que la elección se realizó «conforme a criterios objetivos de formación, capacidad y experiencia profesional». Iniciado el pasado 13 de abril, al proceso de selección solo se han presentado dos candidatos, según pudo saber este diario.

El nuevo director del centro artistico y cultural bilbaino nació en la capital vizcaina en 1976, es licenciado en Administración y Dirección de empresas por la EHU y desde 2010 es director del Bizkaia Arena. Su trayectoria, por tanto, está estrechamente unida al BEC de Barakaldo, en cuyo pabellón se han celebrado no solo citas deportivas, también conciertos de primera fila de la música actual o citas culturales como varias finales de la Bertsolari Txapelketa Nagusia.

UN CAMBIO DE PARADIGMA

Olabarri reemplazará a Fernando Pérez, director de la Alhóndiga entre mayo de 2018 y diciembre de 2024, cuando anunció por sorpresa que dimitía de su puesto. La razón, según se supo después y confirmó el propio alcalde Juan Mari Aburto, fue su postura radical y contraria a un gran proyecto de la Fundación La Caixa para la Alhóndiga que amenaza a gran parte de la labor creativa que se desarrolla en el céntrico centro cultural bilbaino. Este nuevo espacio formativo de nuevas tecnologías para jóvenes parece que llegará gracias a la cesión por el Ayuntamiento y la Diputación de parte de la sede a la fundación bancaria, que invertiría diez millones en cuatro años.

El acuerdo con La Caixa se centraría en Lantegia, un espacio dedicado a los creadores. Este hecho provocó en su momento una oleada de críticas por parte del tejido cultural vasco e internacional. Tras la dimisión de Pérez, EH Bildu presentó una moción para exigir «que se paralizase el proyecto de privatización» del centro y, paralelamente, más de 4.000 agentes del sector cultural suscribieron un texto en la plataforma change.org.

En él, artistas, entidades artísticas, comisarios y demás profesionales de la cultura, mayoritariamente vasco pero también internacional, exigían «que se frene el desmantelamiento de Lantegia».

En una entrevista concedida a este diario en 2021, Pérez explicaba cuáles eran sus objetivos -su labor estaba definida por una decidida apuesta por los creadores locales y por intentar acercar a los jóvenes al arte- y explicaba qué era Lantegia o Laboratorio de Ideas: «Es un experimento; ahora mismo hay 32 proyectos, locales e internacionales -agregaba entonces-. Es una cuestión más de prueba y ensayo. Lantegia tiene que ser ese lugar de creación compartido con el público, pensando en esos artistas que están en la media carrera».