Gaizka IZAGIRRE
HERNANI
M3GAN 2.0

Secuela funcional, pero sin sorpresas

S e podría decir que “M3GAN 2.0” es como esa actualización de software que promete mejorar su dispositivo, pero que, al final, solo cambia el color de los iconos y termina consumiendo más batería. La secuela del inesperado éxito de Blumhouse intenta subir la apuesta con paranoia tecnológica y horror sintético, pero, en su esfuerzo por profundizar, se queda a medias.

Aunque funciona bastante bien como sátira oscura que reflexiona sobre los peligros de la inteligencia artificial, en algunos momentos se pone demasiado seria, no tan “mamarracha” como se esperaba.

La secuela vuelve a explorar el mundo de la muñeca androide asesina, combinando sátira socia, dilemas robóticos con toques de horror pop y humor negro. Aunque mantiene el espíritu de la primera, no se aventura mucho más allá. Tiene momentos de tensión y un par de giros interesantes, pero la película no logra escapar del molde conocido; diría que es más una extensión que una evolución.

Se pierde intentando tejer una historia con muchos elementos, pero todos tan familiares que el conjunto se asemeja más a un collage reciclado. Claramente, le sobra metraje y se hace larga.

Este título a pretende ser una especie de “Terminator” para la generación TikTok, pero se queda en un mero intento. Sigue siendo una película muy entretenida, divertida y perturbadora, pero, más allá de eso, todo suena a “déjà vu”. La cuestión es que Gerard Johnstone parece más interesado en repetir el éxito de la primera entrega de la serie que en arriesgar o profundizar. Divertida, funcional y algo más pulida que su versión anterior, está lejos de ser la evolución que prometía. Si la saga sigue adelante, solo esperemos que la próxima actualización incluya un poco más de alma y un poco menos de algoritmo.