Reflujo de un tiempo
He visto y escuchado a Irene Montero hablar del caso de Cristóbal Montoro, el exministro de Hacienda de Aznar y Rajoy, acusado de un tipo de corrupción verdaderamente terrible, de confirmarse, y me ha parecido que tiene un discurso mecanizado muy antiguo, una suerte de mantra cronificado con el bipartidismo. Le puede servir para ocupar espacio mediático, pero suena a hueco. Formó parte de un gobierno al que la extrema derecha bicéfala llamaba Frankenstein precisamente porque había siglas de diferentes partidos apoyando su existencia.
Yo también alucino con los guionistas de esta serie de cientos de capítulos sobre la corrupción, los juzgados, los partidos políticos y el tren de la bruja o del chachachá. Que aparezca ahora un juzgado de Tarragona acusando a Cristóbal Montoro y unas docenas de altos cargos del ministerio de Hacienda de aquella época de cobrar mordidas a través de una asesoría vincula al exministro para legislar, ojo, hacer leyes que beneficiara a las gasistas y otros gremios, es la cúspide, el no va más, de la ingeniería fiscal delictiva premium. Este ministro amenazó a actores y periodistas con mostrar sus declaraciones de la renta defectuosas, fue el que hizo un ley de amnistía para los grandes defraudadores que posteriormente derribó el Constitucional y ahora llega esta nueva faceta que, si la analizamos con calma, nos abre una mina de sospechas de corrupción plasmada en el BOE. Es un reflujo de aquel tiempo de la banda organizada del PP de Aznar con varios ministros en la cárcel o imputados, cuya foto policial se hizo en la boda de la hija y el comisionista.

Telleria, un pueblo burgalés que quiere ser vasco... o suizo

Reconocidos otros siete torturados por la Policía y la Guardia Civil

PNV y PSE aprueban una ley que apela a su artículo 145 y tiene solo 7

El servicio de ambulancias de Osakidetza, de camino a urgencias
