Alemania será el rival de la selección española en la segunda semifinal de la Eurocopa Femenina. Las teutonas hicieron un ejercicio de resistencia numantina, sobreviviendo a una absurda expulsión de Hendrich en el minuto 12, que además supuso el 1-0 adverso. Nüsken empató, pero la propia Nüsken erraba un penalti en la segunda mitad, en mitad del asedio galo, que se fue viendo incapaz de superar el cerrojo teutón.

Llegó la prórroga, y entre medias de minutos y más minutos sin nada destacable, la guardameta Ann-Katrin Berger salvó a su selección de un estúpido autogol de Minge, y cuando se acaribiaban los penaltis, un zapatazo de Malard se estrelló en el larguero.

Los propios penaltis fueron otro drama. Alemania tomó renta, con la guardameta Berger -una mujer que ha sido capaz de superar dos episodios de cáncer de tiroides- dando ejemplo como arquera y como rematadora, pero un fallo de la germana Däbritz llevaba el duelo a la muerte súbita. Y allí, en ese vencer o morir, Berger le sacó el remate a la joven francesa Sombath. La guardameta fue nombrada como Jugadora del Partido.

El duelo tenía color francés casi antes de empezar, por el propio talento de las entrenadas por Laurent Bonadei. Pero además, se rompía en un estúpido penalti de la alemana Hendrich, por agarrar y tirar de la coleta a la jugadora Mbock Bathy de la selección gala en una jugada sin ninguna necesidad y que Geyoro, pese a lanzarlo bastante mal, adelantó y con superioridad numérica a la seleccióin «bleu» sin haber hecho nada.

ESCUCHEN A LINEKER

Y más cuesta arriba se le puso al cuadro teutón el duelo de cuartos cuando Linder se tuvo que retirar lesionada. Pero como esto del fútbol, según las escrituras de Gary Lineker, es un duelo de once contra once en el que al final siempre gana Alemania, la escuadra germana lograba aprovechar un primer saque de esquina para empatar contra todo pronóstico con una peinada desde el primer palo de Nüsken. El público teutón de Basilea, ni se lo creía.

En adelante, la lógica se fue imponiendo en un asedio galo que quizá se hubo empecinado en penetrar por la izquierda, con Alemania confiando en el trabajo de la punta Hoffmann para desahogarse. De hecho, un taconazo de Cascarino -la mejor de las francesas, pero prematuramente retirada del campo- culminaba dentro de las redes de la meta de Berger, pero las colegiada sueca Tess Olofsson anuló el golazo de la extremo franncesa por fuera de juego.

Una contra de la propia Cascarino dio la bienvenida al arranque de una segunda mitad que supuso un asedio galo, saldado con córner, un saque de esquina que tras varios rebotes terminaba en gol de Geyoro, pero anulado tras paso por el VAR, por fuera de juego de Lakrar.

Acto seguido, Nüsken tuvo un penalti para adelantar a Alemania, pero lo erró y bastante tuvo su selección con sobrevivir. Increíblemente, había premio al final.