Hacia las 4.00 de la madrugada del domingo, una patrulla de la Ertzaintza identificó a un joven que realizaba una pintada en el mobiliario urbano. Solicitaron a la Policía Municipal que se personara en el lugar y cursaron una sanción. Es decir, le pusieron una multa.

Posteriormente, un grupo de jóvenes se dirigió a las dependencias de la Policía Municipal en una actitud hostil contra los agentes que estaban allí. Según informó ayer el Ayuntamiento, al verse «desamparados», los policías municipales pidieron refuerzos a la Ertzaintza, que ya tenía un fuerte despliegue en el pueblo.

Con la llegada de los antidisturbios, se reavivó la trifulca. Finalmente, y tras la mediación de un concejal, la situación se tranquilizó, los jóvenes se fueron dispersando y la Policía se replegó.

Según informó ayer el Departamento de Seguridad, dos de sus agentes resultaron «heridos leves» en el operativo.

RECHAZO Y APOYO

El Ejecutivo de Lakua difundió ayer un comunicado en el que condenaba lo ocurrido, «unos hechos muy graves, intolerables e inaceptables» que «no tienen cabida» en la sociedad vasca, pues «atentan gravemente contra la convivencia».

La alcaldesa, Nagore Alkorta (EH Bildu), mostró «el apoyo» del Ayuntamiento a los agentes de la Policía Municipal. Asimismo, consideró que «el despliegue policial ha sido desproporcionado». Según advirtió la primera edil, desde el sábado por la mañana «había una presencia inusual de ertzainas en la localidad», por lo que «el Ayuntamiento trabaja también para esclarecer las causas del mismo».

Alkorta demandó «actuar con responsabilidad y diligencia para calmar las situaciones de tensión que se generan en un ambiente festivo», porque «las actitudes de aumento de la tensión no son aceptables». «Ahora que las fiestas de Santiago y San Ignacio están encima, el Ayuntamiento hace un llamamiento a todos a ser respetuosos juntos», sentenció.

DENUNCIA

El gaztetxe de Azpeitia, por su parte, explicó a través de un vídeo difundido en la red social X que todo comenzó «con una pintada con rotulador en un contenedor de pilas». Según su versión, «muchos jóvenes» se mostraron en contra de que el joven fuera identificado, pero ni entraron por la fuerza en la comisaría ni arremetieron contra los agentes municipales, y fue la intervención de la Ertzaintza la que desencadenó la violencia.

Por eso, ayer a la tarde se concentraron contra los «ataques desproporcionados».