Van Aert gana en el adoquinado de París y deja sin «doblete» a Pogačar
Tadej Pogačar llegaba al adoquinado de París con el objetivo de sumar una victoria de etapa a su cuarto Tour, con una triple ascensión a la colina de Montmartre que parecía favorecerle. En la última de las subidas, Wout van Aert, el otro protagonista del día, le aguó la posibilidad de hacer el «doblete», pero no empañó otra exhibición histórica del ciclista esloveno de UAE.

París coronó ayer por cuarta vez a Tadej Pogačar como campeón del Tour, en una etapa final que contó con una triple ascensión a Montmartre y que a la postre resultó decisiva para decidir al campeón del día, Wout van Aert. El neerlandés de Visma dejó atrás al esloveno en la última de las ascensiones y evitó la fiesta completa por el «doblete» para el equipo UAE.
El pelotón recorrió unido los primeros kilómetros por las calles de la capital francesa, pasando junto a algunos de los monumentos más destacados como la Torre Eiffel, el Arco del Triunfo, la plaza de la Concorde o el Museo del Louvre. Cuando se cumplía un año del inicio de los Juegos Olímpicos de París 2024, la organización de la ronda gala quiso conmemorar el espíritu olímpico con tres subidas a la basílica del Sagrado Corazón, en la colina de Montmartre, siguiendo el mismo recorrido de la prueba de ciclismo en línea del año pasado. Además, este 2025 se ha cumplido el 50º aniversario de la tradicional llegada con meta en los Campos Elíseos.
La dirección decidió, debido a la lluvia que comenzó a caer sobre la ciudad hacia las 17.00, congelar los tiempos de la general antes de las tres ascensiones a Montmartre, tal y como habían advertido los días previos. «Debido a las condiciones meteorológicas, los tiempos de la clasificación general se congelarán en el cuarto paso por la línea de meta, a 50,3 km de la llegada», anunció la organización para evitar que caídas fortuitas empañaran el final de la carrera. La normativa permite tomar una iniciativa como esta «si la calzada del circuito se vuelve resbaladiza». La medida entró en vigor tras las tres primeras vueltas por el adoquinado de los Campos Elíseos y antes de la triple subida a Montmartre, puerto de cuarta categoría.
Durante las tres primeras vueltas, el único picante que tuvo la carrera fueron los puntos del esprint intermedio. A destacar, una de las primeras escapadas exitosas que protagonizaron Quinn Simmons (Lidl-Trek) y el flamante maillot blanco y tercero de la general, Florian Lipowitz, que contaban con diez segundos de ventaja una vez se cerraban los cronos, con el cuarto paso por la línea de meta de los Campos Elíseos.
Los escapados fueron neutralizados a 44 de meta por el equipo Alpecin-Deceuninck, de cara a coger buenas posiciones en el primer ascenso a Montmartre, de 1,1 kilómetros al 5,9% de pendiente media. Lo suficiente para que se produjera un corte en el pelotón liderado por Pogačar, el primero en pasar por la Côte de la Butte Montmartre, pero protagonizado por el francés Julian Alaphillipe, quien tuvo la iniciativa de atacar por los adoquines del barrio de los pintores. Se da la circunstancia que fue la primera vez en este Tour que el maillot de topos de la montaña lideraba un puerto de cuarta categoría.
Tras unas horas de tregua, la lluvia volvía a aparecer justo al inicio de la penúltima vuelta, con el pelotón a 15 segundos de los 27 ciclistas que encabezaban la carrera, entre los que se encontraba el vasco Alex Aranburu. El grupo inició unido la segunda de las ascensiones a la icónica basílica parisina, hasta que un nuevo arreón del maillot amarillo provocó otro corte entre los corredores de la cabeza de carrera.
VAN AERT SE LLEVA EL MANO A MANO
A 20 de meta, acompañaban a Pogačar Van Aert, Matteo Jorgenson (Visma), Matej Mohoric (Bahrain), Matteo Trentin (Tudor) y Davide Ballerini (Astana), ya con 12 segundos de ventaja. A estas alturas, y teniendo en cuenta que todo el circuito se encontraba mojado, parecía difícil que la victoria de etapa en el escenario más glamuroso del mundo del ciclismo no fuera para algunos de estos nombres.
Se iniciaba la última vuelta a París, los últimos 16,8 kilómetros del cuarto Tour de Pogačar. El esloveno de oro parecía no tener bastante después de una semana en la que había mostrado cierta cautela en los Alpes y se mantuvo al acecho de sus compañeros de escapada, especialmente de la dupla de Visma. De nuevo en cabeza, Pogačar intentó sentenciar la etapa con un ataque de esos que lo caracterizan. Lo que quizás no esperaba es que Van Aert respondiera de la manera que respondió, no solo aguantando la embestida, sino rebasando al esloveno hasta el punto de aventajarlo por 10 segundos a cinco de meta.
Finalmente, el neerlandés hizo gala de su experiencia y traspasó la meta de los Campos Elíseos con 20 segundos sobre Ballerini, segundo, y Mohoric, tercero. Detrás de ellos, y con el brazo en alto, Pogačar, quien, a pesar de haberlo intentado hasta el final, no pudo convertirse en el primer maillot amarillo que vencía en París desde que Bernard Hinault lo hiciera dos veces, en 1979 y en 1982. Eso no evitó que el esloveno subiera por cuarta vez a lo más alto del podio de París con la mayor de las sonrisas. A su lado, segundo de la general, el danés Jonas Vingegaard, en la que ya es una de las rivalidades más icónicas de la ronda gala.
Precisamente, el corredor de UAE aseguró al final de la etapa que este cuarto entorchado tiene «un sabor especial» por la dureza que ha supuesto y reveló una conversación con su máximo rival: «Esta rivalidad de los últimos cinco años nos ha permitido progresar y ha contribuido a romper nuestros límites. Le he mostrado mi respeto y le he felicitado por su Tour y por el combate que me ha dado».

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