El incendio que se declaró el martes por la tarde en el macizo de Corbières, a una treintena de kilómetros de la ciudad de Narbona, en el Estado francés, y que después de avanzar muy rápido ha arrasado ya 16.000 hectáreas, es uno de los mayores de la historia del país.

El fuego causó la muerte de una mujer de 65 años que no quiso evacuar su casa en Saint Laurent de la Cabrerisse y hay otra persona desaparecida en esa misma localidad, donde dos más resultaron heridas, una de ellas de extrema gravedad.

Además, siete bomberos sufrieron heridas leves en la noche del martes, y a eso hay que añadir el accidente de un camión de bomberos que volcó ayer por la mañana, con un efectivo herido de gravedad y tres levemente, según informó el subprefecto de Narbona, Rémi Recio. Explicó que a los bomberos que trabajan en tierra les estaban apoyando desde el aire seis hidroaviones de tipo Canadair, tres bombarderos de agua Dash y tres helicópteros. En paralelo, en el departamento de Aude se desplegaron 200 gendarmes, en parte llegados del exterior, entre otras labores para gestionar el flujo de vehículos que se complicó con el corte de la autopista A9, que va hasta la frontera española de La Jonquera, a la altura de Rivesaltes, a pocos kilómetros al norte de Perpinyá.

Esta vía fue reabierta ayer por la tarde «a velocidad limitada». La Prefectura del departamento de Aude pidió a la población que «limite al máximo los desplazamientos» y que no salga a la carretera «más que en caso de necesidad absoluta» para no sobrecargarla. Tampoco a la red secundaria.

En un comunicado, el Ministerio de la Transición Ecológica indicó que es «el segundo fuego más importante de los últimos 50 años», y recordó que desde 1976 solo otro incendio en 2022 superó el umbral de las 10.000 hectáreas.

La superficie quemada en el macizo de Corbières equivale a lo que ardió en todo el Estado francés en 2019, 2020, 2021 y en 2024, y el doble de lo quemado en 2023. Hasta ahora, el mayor incendio producido quemó 50.000 hectáreas de pinos al sur de Burdeos en 1949, una catástrofe en la que murieron 82 personas.

En el verano de 2022, también al sur de Burdeos, hubo dos grandes incendios que se prolongaron durante semanas y que en total quemaron 30.000 hectáreas. Ese año ardieron en total 72.000 hectáreas de monte en en el Estado francés, seis veces más que la media de los últimos años.

En su cuenta de X, el presidente galo, Emmanuel Macron, aseguró que «se han movilizado todos los medios de la nación» y mostró su apoyo a los bomberos y al resto de los que trabajan contra las llamas, así como su confianza «en el Gobierno y en los cargos electos, plenamente comprometidos». El jefe del Estado pidió a la ciudadanía «la mayor prudencia y que respete las consignas de las autoridades».

VISITA DEL PRIMER MINISTRO

François Bayrou, quien ayer por la tarde visitó la zona, subrayó que se trata de «una catástrofe de magnitud sin precedentes». «El cambio climático se deja sentir y provoca acontecimientos sin precedentes», lamentó en declaraciones a los medios, al vincular esta tragedia con el aumento de las temperaturas y la sequía. Mostró en nombre de todo el Gobierno la «solidaridad nacional» hacia los damnificados.