La duda razonable de los que miramos hacia atrás con una cierta condescendencia sobre todo lo que sucedía en nuestros tiempos de formación primaria tanto en interpretación como en dirección a la vista de tantos manuales, teorías, reiteraciones y maneras de afrontar el hecho teatral es la auténtica influencia de tantas teorías, ejercicios, filosofías y probabilidades de entrar en la esencialidad de algún discurso o quedarse patinando por encima de los más básicos asideros de la vieja escuela, puesto al día en una evidente tarea de acercamiento a modismos y formas actuales bastante superficial, aunque sea efectiva más por omisión que por acción.Seguimos preguntándonos si existen escuelas o son los maestros quienes transmiten los secretos de la técnica interpretativa. Diez egresadas de la misma escuela se muestran sobre la escena con mil maneras diferentes de afrontar sus interpretaciones. Lo único que unifica a todos, es la no interpretación de las series televisivas al uso. De los doscientos mil talleres de iniciación al teatro existentes, en la inmensa mayoría se invocan grandes nombres de teóricos y teóricas internacionales de la interpretación, de este o de siglos anteriores, pero nadie certifica que el que da ese taller esté capacitado de manera incuestionable para esa enseñanza.