En el arranque del curso, LAB insiste en la necesidad de que las distintas instituciones reorienten sus políticas para asegurar unas condiciones de vida dignas a toda la clase trabajadora. Las prioridades del sindicato serán en los próximos meses luchar para reducir la precariedad, la defensa de los servicios públicos y la política industrial dirigida a la transición ecosocial.

En rueda de prensa ofrecida ayer en Bilbo, la coordinadora general, Garbiñe Aranburu, y el responsable de Acción Social, Endika Pérez, analizaron el actual contexto político, económico y social, desgranando los principales retos a los que se enfrenta la clase trabajadora vasca. Para LAB, «es imprescindible un sindicalismo combativo, feminista y antirracista».

Pérez incidió en la «incertidumbre» que repiten instituciones, agentes políticos y patronales marca la coyuntura actual y se ha convertido en el «pretexto» para inyectar más dinero público a la patronal, «sin pedir nada a cambio o sin imponer ninguna condición».

«No se impulsan políticas redistributivas, no hay una política fiscal progresiva, ni políticas para dignificar los salarios. Al mismo tiempo, están debilitando los servicios públicos. Todo periodo de incertidumbre significa, por tanto, un paso más en la precarización de las condiciones de vida de las y los trabajadores», denunció.

En esa línea, Aranburu alertó de que «las políticas a favor del capital se están llevando al extremo, en detrimento de las condiciones de vida de los trabajadores, provocando guerras y aumentando la emergencia climática y la crisis de cuidados». Además, explicó que el sistema capitalista es cada vez más autoritario y que el fantasma del fascismo ha despertado con fuerza.

La coordinadora general de LAB sostuvo que los discursos no son suficientes para combatir la ola reaccionaria y que hacen falta políticas públicas que aseguren unas condiciones de vida dignas a toda la clase trabajadora. «Hay que hacer políticas a favor de las y los trabajadores: políticas redistributivas y servicios públicos sólidos, políticas feministas y políticas antirracistas», subrayó.

A pesar de que LAB apuesta por un nuevo estatus político que reconozca que «somos una nación» y de marcos jurídicos y políticos que superen los límites existentes para decidir en Euskal Herria las condiciones laborales y de vida, considera que con el actual marco competencial se pueden hacer políticas diferentes a las actuales.

ACABAR CON LA PRECARIEDAD

En cuanto a los principales ejes de trabajo del sindicato, Aranburu dijo que la lucha contra la precariedad y para reducir las brechas entre los trabajadores será una de sus prioridades. Así, apostará por salarios por encima del IPC que garanticen el poder adquisitivo.

Además, seguirá trabajando por un salario mínimo propio, tanto en la negociación colectiva como en iniciativas con la mayoría sindical. A este respecto, criticó que ni la patronal ni los partidos ni el Gobierno de Pradales parecen dispuestos a ello, a pesar de que en poco tiempo se hayan recogido más de 138.000 firmas que lo reclaman.

Para acabar con la brecha salarial, se volcarán en que se satisfaga la demanda de equiparación de las pensiones con el salario mínimo, que se ha concretado en la Iniciativa Legislativa Popular impulsada por el Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria, que la central espera que sea atendida por Lakua y aprobada por el Parlamento de Gasteiz.