Iñaki LEKUONA
Profesor
AZKEN PUNTUA

Mortis

Ayer se conoció que el primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, habría decidido dimitir tras los malos resultados de su partido en las legislativas. La cosa no ha ido a más porque en la última visita oficial al archipiélago del sol naciente, François Bayrou le robó el cuchillo con el que hoy mismo se hará el harakiri político ante el Parlamento, un trance que será emitido en directo por televisión y rebotado en las redes sociales hasta la última gota de sangre. Se inmola el alcalde de Pau sin convencer a nadie de las bondades de su plan de rigor presupuestario con el que pretendía dejar de gastar 44.000 millones de euros para remitir una deuda que el Insee estima en cerca de 3,35 billones de euros, lo que viene a ser el 114% del PIB, o sea, una verdadera locura. Los datos son tan nítidos que uno no puede dejar de pensar que Bayrou tiene toda la razón en intentar que la economía estatal no entre en bancarrota. Lo que sucede es que su plan para reanimar a este muerto viviente se basa más en recortes sociales que en una salida solidaria que implicaría el incremento impositivo de las grandes fortunas y de las empresas que dirigen. Y con esta tela no hay quien no quiera tejerle una mortaja a Bayrou a pesar de que las finanzas del Estado sigan desangrándose y mostrando un rigor de esos que también en Japón llaman mortis.