Sin sorpresas en la Asamblea Nacional francesa. El primer ministro, François Bayrou, acudía ayer con pocas esperanzas de sacar adelante la moción de confianza que había presentado tras el rechazo a los recortes sociales que había anunciado para tratar de hacer frente a la deuda sin reducir el gasto militar. Y se confirmó lo esperado. 364 diputados votaron en contra de Bayrou y solo le apoyaron 194. Un resultado contundente.

Por tanto, Bayrou deja de ser el primer ministro. El presidente de la República, Emmanuel Macron, anunció ayer, mediante un comunicado del Elíseo, que nombrará a su sustituto «en los próximos días», cerrando la puerta a las elecciones legislativas anticipadas que le reclamaron en la Asamblea Nacional.

Bayrou fue ampuloso en su discurso y proclamó que sus recortes respondían a «una necesidad histórica». Señaló que «muchos pensarán que es algo que no es razonable, que es muy arriesgado, pero el mayor riesgo es dejar las cosas como están sin que cambie nada, seguir con la misma política».

Insistió en la necesidad de hacer frente a la deuda, que está poniendo en cuestión «nuestro Estado, nuestra independencia, nuestros servicios públicos, nuestro modelo social».

Para ello, reclamó la necesidad de aplicar una serie de recortes en cuestiones sociales al mismo tiempo que se incrementa el gasto militar y denunció que las fuerzas que se oponen a sus medidas «siguen cerrando los ojos a la realidad».

APUNTANDO A MACRON

La mayoría de la Asamblea Nacional se cobró ayer la pieza de Bayrou, pero los portavoces parlamentarios apuntaron más alto, a Macron. Así lo hizo el portavoz del PS, Boris Vallaud, quien acusó al presidente de la República de generar la situación actual, culpándole de aumentar en un billón de euros la deuda desde que llegó al Elíseo en 2017.

«Quienes quieran salvar al soldado Macron, caerán con él», destacó la portavoz de La France Insoumise (LFI), Ma-thilde Panot, quien denunció que «el macronismo solo gobierna con el miedo». Destacó que la caída de Bayrou supone «un alivio para millones de franceses».

La líder ultraderechista Marine Le Pen pidió a Macron la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas tras acusar a «la derecha y a la izquierda» de ser «culpables» de la crisis actual.

Mañana, jornada para bloquear el Hexágono

Tras la votación de la moción de confianza de ayer, las autoridades del Estado francés se enfrentan mañana a una jornada de movilización en la que se llama a bloquear todo («Bloquons tout») como forma de protesta ante los recortes sociales que anunció Bayrou en su plan para intentar frenar el incremento de la deuda.

El origen del movimiento que ha convocado la movilización se encuentra en la redes sociales que se activaron tras el anuncio de recortes de Bayrou. Inicialmente, se sospechó que detrás de la denuncia de las medidas se encontraban grupos afines a la ultraderecha. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió con los chalecos amarillos, en esta ocasión sindicatos y partidos políticos de izquierda se han sumado a la convocatoria. En Ipar Euskal Herria, LAB apoya la movilización. Sociólogos destacan que esta llamamiento tiene un perfil más de izquierdas que el de los chalecos amarillos.

En cualquier caso, la organización de la protesta se ha mantenido en el ámbito de las redes sociales y los grupos de Telegram, articulándose también asambleas presenciales locales por todo el Estado. M. D.