El Kremlin acusó ayer a los países de la OTAN de incrementar la tensión con acusaciones «infundadas» de que Rusia ha violado parte de su espacio aéreo, tras la afirmación de Estonia de que tres aviones de combate rusos MiG-31 sobrevolaron el viernes su territorio. En esa misma línea, el representante ruso en el Consejo de Seguridad de la ONU, Dimitri Polianski, insistió en que «nuestros vecinos se han imaginado que Rusia ahora ha incurrido en una incursión en el espacio aéreo estonio», y aseguró que «no hay ninguna prueba» de estas acusaciones «al margen de la histeria rusófoba de Tallin».

El ministro estonio de Exteriores, Margus Tsahkna, respondió mostrando imágenes de los radares que, según dijo, demuestran que los cazas sí «entraron» en su espacio aéreo. «La violación es evidente y Rusia está mintiendo de nuevo, como ha hecho otras veces», denunció en una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad convocada a petición de Tallín. Y quiso «recordar» otras versiones oficiales rusas como la ocupación de regiones georgianas en 2008, la toma de Crimea en 2014 o la invasión de Ucrania de 2022. «Por favor, no mientan otra vez, hay pruebas», señaló Tsahkna.

En el mismo foro, en el que Gran Bretaña acusó a Rusia de buscar una confrontación directa con la OTAN, y Moscú y Kiev intercambiaron acusaciones sobre los letales ataques con drones contra zonas civiles de sus países, la Alta Representante de la UE, Kaja Kallas, criticó el «cinismo» de Moscú al ser un miembro del Consejo de Seguridad que viola los principios de la organización, y respondió al representante ruso que el bloque no se amedrentará a la hora de apoyar a Ucrania y reforzar su flanco oriental. «Las acciones de su Gobierno son imprudentes, peligrosas y van en contra de los principios de Naciones Unidas», indicó.

Su homólogo de Polonia, Radoslaw Sikorski, acusó a Rusia de violar sistemáticamente el derecho internacional, «incapaz de vivir en paz con sus vecinos», como habría quedado de manifiesto con la entrada de cerca de una veintena de drones en su espacio aéreo. Y lanzó una «advertencia» directa a Rusia: «Si otro misil o avión entra en nuestro espacio aéreo sin permiso, ya sea deliberadamente o por error, y es derribado y los restos caen en territorio de la OTAN, no vengáis a quejaros, por favor».

Rumanía, que también ha denunciado recientemente violaciones de su espacio aéreo, se preguntó por boca de la jefa de su diplomacia, Oana-Silvia Toiu, hasta dónde puede llegar Rusia si la comunidad internacional, «especialmente» el Consejo de Seguridad, no reacciona a tiempo. La inacción, avisó, «puede alentar futuras provocaciones».

CON RESPALDO UNÁNIME

Al margen de la reunión del Consejo de Seguridad, el primer ministro polaco, Donald Tusk, afirmó que que su país está dispuesto a tomar «cualquier decisión» para destruir objetos que representen una amenaza, como cazas rusos, si violan su espacio aéreo o aguas territoriales, pero solo si existe el respaldo unánime de sus aliados de la OTAN.

El presidente checo, Petr Pavel, ya había sugerido que los países de la OTAN podrían derribar aviones rusos que violen su espacio aéreo y advirtió de que Rusia «se dará cuenta muy pronto de que ha cometido un error».

Representantes de los 32 países socios de la OTAN se reunirán hoy en Bruselas, a solicitud de Estonia.

La tensión entre Moscú y los países de la OTAN ha alcanzado su punto álgido desde el inicio de la invasión de Ucrania por Rusia en 2022.