Manuel Fernández Martín, extrabajador de CAF de Beasain, falleció a causa de un mesotelioma derivado de la inhalación de fibras de amianto en sus 30 años de ocupación en la empresa. Es el duodécimo trabajador que fallece por el mineral cancerígeno, pero es ya la víctima 59 de las plantas de CAF en Irun, Beasain y Zaragoza. Así, desde 2008 han fallecido por amianto en Hego Euskal Herria 118 extrabajadores.

CCOO de Euskadi informó que en esas tres décadas en activo en CAF trabajó en las secciones de fundición y machería, pero también en galvanoplastia y cromados, todas ellas con gran presencia de amianto. También desempeñó tareas como gruísta.

El mesotelioma le fue detectado en la sanidad pública madrileña en octubre de 2013, pero no hubo ningún tipo de comunicación de sospecha de enfermedad profesional.

A través de CCOO estaba en trámites para el reconocimiento de la incapacidad permanente absoluta por enfermedad profesional. La central sindical explica, por otro lado, que tras su fallecimiento, «no figurará en las estadísticas de la Seguridad Social, al no existir ningún tipo de prestación». Tampoco de viudedad ni orfandad, por lo que no cabe ningún tipo de recargo de prestaciones al que la empresa tenga que hacer frente, quedando exclusivamente abierta la puerta de la responsabilidad civil por daños y perjuicios.

Punta del iceberg

El responsable de Salud Laboral de CCOO de Euskadi, Alfonso Ríos, llamó la atención sobre el hecho de que CAF es una empresa que en su día cumplió con el trámite de inscribirse en el registro oficial de empresas que trabajaron con amianto (RERA), si bien es cierto que «no incluyó a todos los trabajadores de la empresa, como es el caso del fallecido. Esto facilita que estas enfermedades queden ocultas».

En este sentido, entiende que la intervención de la central y de Asviamie es fundamental para sacar este problema a la luz. Dijo que «es incalculable el número de fallecimientos que se puede estar produciendo entre trabajadores jubilados de otras empresas que incumplieron el trámite de inscribirse en ese registro, y que son tratados como enfermedad común, contribuyendo al subregistro de enfermedades profesionales».