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Israel congela nuevas colonias en Cisjordania tras las críticas de EEUU

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha evitado «in extremis» una repetición de la crisis diplomática de 2010 con la Administración Obama al congelar el proyecto de construcción de 20.000 viviendas para colonos en los territorios ocupados. Netanyahu, quien reiteró su convicción colonialista, justificó su marcha atrás por una cuestión de oportunidad en un momento en el que presiona Washington para hacer descarrilar las negociaciones con Irán.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha anulado un proyecto de construcción de 20.000 viviendas para colonos judíos en Cisjordania tras las duras críticas expresadas por la Administración Obama.

Netanyahu se ha visto obligado a desautorizar a su ministro de Vivienda, Uri Ariel, miembro de Hogar Judío, una formación ultrasionista.

«Estamos profundamente inquietos (...) Este anuncio nos ha pillado por sorpresa y estamos buscando explicaciones del Gobierno israelí», señaló la víspera la portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Jennifer Psaki. Su titular, John Kerry, advirtió la semana pasada que «no aceptamos la legimitidad de la continuidad de la colonización».

Mientras, la delegación de la Autoridad Palestina (ANP) prsentó su dimisión -que fue rechazada por el Presidencia de la ANP- en las negociaciones que con tanto ahinco como pocas expectativas trata de auspiciar el propio Kerry en nombre de EEUU. Paralelamente, la ANP amenazó con acudir al Consejo de Seguridad y con reactivar el proceso de petición para ser admitida en los organismos internacionales.

La marcha atrás de Netanyahu no se explica por las amenazas palestinas ni significa en modo alguno que esté en contra de la colonización de tierra palestina. Al contrario, el primer ministro criticó que la iniciativa de Ariel «no contribuye a la colonización, sino que la obstaculiza».

En este sentido, la posición procolonizadora del Gobierno israelí está fuera de discusión. Lo que Netanyahu y los suyos discuten es la inoportunidad del anuncio, «que provoca una confrontación innecesaria con la comunidad internacional en un momento en el que nos esforzamos por persuadirles de lograr un mejor acuerdo con Irán», señaló el propio Netanyahu. «Vivimos días muy sensibles», coincidió el ministro de Ciencias, Yaacov Peri (centro). El ministro de Asuntos Estratégicos insistió en que «la colonización debe hacerse de forma inteligente y ante todo coordinada con el primer ministro».

Netanyahu insistió ayer ante el Parlamento en criticar la disyuntiva que plantea EEUU entre un -para él mal- acuerdo y la guerra, y defendió nuevas sanciones contra Irán al tiempo que el influyente lobby judío presiona al Congreso de EEUU y el ministro israelí de Economía, Naftali Bennet, ha llegado ya a Washington con ese objetivo.

Por contra, el también influyente «The New York Times» criticaba en un duro editorial el martes la oposición «histérica» de Netanyahu al intento de lograr un acuerdo con Irán. No faltan críticas también en Israel. El editorialista del diario «Haaretz» ironizaba animando a que «si ellos (EEUU) no nos dejan bombardear Irán, bombardeemos EEUU (...) No hay duda -proseguía- ha llegado el momento de ocupar Washington. Es el verdadero enemigo que amenaza a la seguridad de Israel».

La Casa Blanca advierte del riesgo bélico de sancionar más a Irán

El secretario de Estado de EEUU, John Kerry, advirtió ayer a la influyente comisión bancaria del Senado que votar nuevas sanciones contra Irán comprometería las negociaciones diplomáticas en curso y podría incluso provocar la guerra.

«Los americanos no quieren dar pasos hacia la guerra (...) prefieren una solución pacífica que impida a Irán lograr el arma nuclear», señaló la víspera el portavoz de la Casa Blanca Jay Carney, quien advirtió que la única alternativa a las negociaciones en curso, que se reanudarán la próxima semana, «sería una acción militar«. «Lo que pedimos en este momento es una pausa, una pausa temporal en las sanciones», coincidió la portavoz del Departamento de Estado Jennifer Psaki, quien insistió en que Washington «no retirará» las sanciones vigentes actualmente.

Un consejero de la comisión del Senado aseguró que su presidente, el demócrata Tom Johnson, «no decidirá sanciones suplementarias antes de discutirlas con sus colegas» del Congreso. Lo cierto es que la voluntad negociadora de Obama es mal vista por muchos congresistas, sean republicanos o demócratas, que preparan un refuerzo de la larga batería de sanciones,

La Cámara de Representantes ya votó un texto en este sentido, mientras el Senado, demócrata, ha escuchado los insistentes ruegos contemporizadores del Gobierno. Reputados demócratas y republicanos justifican nuevas sanciones como un «seguro» para garantizar que Teherán negocia de buena fe. Los analistas les advierten de que pueden lograr que Irán colija que no se puede negociar. GARA