Mikel INSAUSTI DONOSTIA

Woody Allen, a la reconquista de Hollywood con «Blue Jasmine»

Woody Allen está a punto de hacer saltar por los aires el tópico que le persigue desde que se vino a rodar a Europa, según el cual sus películas ya no interesan al público estadounidense. La buena recepción de crítica y taquilla a «Blue jasmine» le sitúa de nuevo en la carrera por los Óscar, tanto en el apartado interpretativo con la actriz Cate Blanchett al frente, como en el técnico con Javier Aguirresarobe como director de fotografía. Y Tennessee Williams de invitado.

Uno no termina de entender las razones por las que un sector de la crítica y del público se han vuelto tan exigentes con Woody Allen, a quien muchos quisieron enterrar antes de tiempo. Pero el genial cineasta neoyorquino responde con creaciones magistrales como «Midnight in Paris», obra de plenitud que no está al alcance de otros colegas de profesión más jóvenes.

Puede que en Europa esté mejor valorado, aunque Hollywood puede volver a caer rendida a sus pies en cualquier momento. «Blue Jasmine» le sitúa de nuevo en la carrera por los Óscar, y ya se habla de la actriz Cate Blanchett como nominable, y esperemos que la dirección de fotografía de Javier Aguirresarobe en los luminosos escenarios de San Francisco también cuente con su candidatura.

El tranvía de Williams

La crítica estadounidense se ha deshecho en alabanzas hacia «Blue Jasmine», un drama moderno de inspiración clásica que ha sido comparado con la pieza cumbre de Tennessee Williams «Un tranvía llamado deseo». El personaje de Cate Blanchett ha sido comparado con el de Blanche DuBois, interpretado por Vivien Leigh en la adaptación cinematográfica que Elia Kazan dirigió en 1951. La relación que aquella mantenía con su cuñado Stanley Kowalski, papel inmortalizado por Marlon Brando, respondía a una diferencia de clases complicada por las relaciones de sexo y poder.

Jasmine sufre una experiencia muy similar, que vendría a establecer un paralelismo entre los duros tiempos de la posguerra y la crisis actual. Ella lo ha tenido todo, pero pierde su privilegiado estatus social de la noche a la mañana, cuando se descubre que su marido había construido su fortuna de forma ilegal. Entonces se ve obligada a vivir con su hermana, emparejada con un modesto trabajador. De las lujosas mansiones costeras de los Hamptons pasa a un pequeño apartamento, además de tener que buscar empleo como recepcionista de un dentista a la espera de otra oportunidad.

La eterna juventud de Allen

Dentro de un mes Woody Allen cumplirá 78 años, una edad que, lejos de hacerle bajar su ritmo de trabajo, parece estimularle aún más. Le sobra tiempo hasta para volver a la actuación, ya que llevaba desde el año 2000 sin ponerse a las órdenes de otro director. Ha sido su amigo John Turturro el que le ha convencido para intervenir en su última película «Fading Gigolo», donde interpreta al improvisado proxeneta del amante profesional encarnado por el italoamericano. Y tampoco deja de dirigir su consabido rodaje anual, siendo el del pasado verano «Magic in the Moonlight». Es una película de época ambientada en los años 20 y 30, con un reparto encabezado por Emma Stone, Colin Firth, Marcia Gay Harden y Eileen Atkins.