Aviso previo: revisen si quieren el calendario pero hoy no es 28 de diciembre. Vayamos pues con la sucesión de hechos. «Diario de Navarra» publicó ayer que «Guardia Civil alerta de que Batasuna trata de controlar la educación». A lo que añadía que «un `informe reservado' señala que buscan legitimar por esa vía los asesinatos de ETA» y que «concluye que quieren imponer su modelo de `escuela pública vasca' y someter y eliminar los modelos actuales». A la vista de la noticia, el consejero de Educación, José Iribas, se puso firme para decir que lo consideraba «indignante e inadmisible». ¿El qué? ¿Que un cuerpo policial militarizado vigile la educación? ¿Que se redacte semejante patraña sin pasar un control antidoping? No. No es 28 de diciembre. Lo que al consejero de Comunión y Liberación le preocupa es que alguien «haga daño o pretenda manipular o utilizar a los más pequeños», que «vayan a las aulas a hacer semejantes barbaridades». Pero... ¿quién va a ir a las clases a eso, la Guardia Civil? Nooo. Al Gobierno navarro no le importaría poner un agente en cada aula, ahora que ha descubierto cuál es el gran peligro que acecha a la infancia. Se lo contó la presidenta, Yolanda Barcina, a la COPE: «Me preocupa muchísimo que una persona que haya cometido un asesinato de ETA esté ahora dando clase a niños». Así que, según explicó Iribas, UPN va a proponer que el Estatuto Docente no Universitario que se negocia en la actualidad «contemple que ni terroristas, ni pederastas ni violadores puedan ejercer la docencia». Y como ya ha quedado aclarado que no es 28 de diciembre, que nadie dude que esto terminará con algún perjucio a los modelos euskaldunes.